lunes, 9 de mayo de 2011

Sentir y pensar



Sentir es captar con los sentidos algo de la realidad, recibirlo en la mente, no preocuparse más por aquello que te ha llegado, salvo para expresar la reacción inmediata que te haya podido producir.

Pensar es interpretar lo que has recibido de la realidad, entenderlo, justificarlo o no, relacionarlo con otros conocimientos, comprobar si se refiere a hechos ocurridos o a otras cosas, aventurar las probables consecuencias que pudieran tener lo que vemos o lo que hacemos, sospechar su posible utilidad, sopesar los efectos secundarios que se puedan originar y formarse una idea propia sobre lo que pueda ser lo que hemos sentido o sobre lo que proceda hacer.

Sentir es muy simple. Pensar es más complejo. Cualquiera no puede sentir, pero muchos sí. Pensar ya es más difícil y requiere conocimientos, entrenamiento y paciencia.

Estos tiempos son mucho más dados al sentir que al pensar. Y así estamos.

viernes, 6 de mayo de 2011

Este país



Existen zonas de este país en donde todavía hay polémicas en las escuelas porque algunos padres y algunos profesores quieren poner un crucifijo en el aula. Por cualquier calle de este país te encuentras a gente que tose sin taparse la boca. En este país se miente y se manipula con una naturalidad profunda, sin que proteste la gente como sería conveniente. Cada vez hay más gente en este país que no quiere pagar impuestos, pero sí exigir servicios y derechos. Muchas madres de este país deberían llamarse paridoras, en lugar de madres, y los padres, el señor mayor de casa, porque no ejercen ni de madres ni de padres. En este país se besa poco y se abraza menos y así no podemos querernos bien. Hay mucha gente en este país que huye. Escasean en este país los ciudadanos y aumentan los individuos. En muy poco tiempo habrá en este país un museo de la Ética. En cualquier rincón de este país huele que apesta a anestesia. Cada día que pasa me gusta menos este país.

jueves, 5 de mayo de 2011

Reinventarse





No hace mucho reflexionaba yo sobre la necesidad de reinventarme después de tomar una decisión importante. Lo veía como un momento relativamente lejano, puntual, fruto de un cambio concreto y profundo. Hoy, leyendo el artículo de Rosa Montero, Montañas, en El País de 3 de mayo de 2011, he visto que estaba en un relativo error. No hay que reinventarse en algún momento difícil de la vida, sino cada día. En eso consiste la juventud, la fuerza, el oxígeno, la posibilidad de la alegría, las ganas de vivir y la vida: en reinventarse cada día.

Este es el artículo de Rosa Montero:

Montañas

Gema M. G. tiene 38 años y lleva nueve padeciendo la enfermedad de Parkinson, una cruel dolencia neurodegenerativa que además le cayó encima demasiado temprano. ¿Por qué yo? ¿Por qué a mí? Estas son las preguntas que obsesionaron a Gema durante varios años, las preguntas enloquecedoras e inevitables de quien, de repente, es aplastado por una desgracia irreparable, por una de esas desgracias/alud que se te vienen encima y acaban para siempre con tu vida anterior.  Pero que tu realidad tal y como antes la conocías haya sido destruida no quiere decir que la vida se acabe: los humanos somos bichos tenaces.

Desde luego no es fácil: Gema tardó años en poder empezar a reinventarse y, por descontado, tiene que seguir peleando cada día. La gente suele identificar el Parkinson con los temblores, pero lo peor son los ataques de rigidez. No mitifiquemos ni edulcoremos el sufrimiento: vivir con algo así es mucho más duro. A cambio, es probable que sea más intenso, y los momentos hermosos, más hermosos.  Ya diagnosticada, Gema la guerrera ha tenido un hijo, ha aprendido diseño web y sigue trabajando (es profesora de música). Cuando la enfermedad la paraliza, Gema ha tenido la formidable ocurrencia de poner música y echarse a bailar. Hace falta valor para intentar danzar cuando tu cuerpo está desconectado y tieso, pero el truco funciona: se acortan las crisis, son más llevaderas. El Parkinson está originado por una insuficiencia de dopamina, un neurotransmisor relacionado con el placer. Y resulta que en enero se publicó en Nature un estudio demostrando que escuchar música puede generar subidas de dopamina. El hallazgo de Gema, producto de su fortaleza y de sus ganas de vivir, es tan interesante que, al parecer, unos neurólogos se están planteando estudiar su caso. Si uno no se rinde puede mover montañas.




miércoles, 4 de mayo de 2011

La mesa



Los ingleses, a la hora de distribuir a los comensales en una mesa, sitúan la presidencia en uno de los extremos, reservando los lugares centrales para los invitados de menos relevancia. Los franceses, por el contrario, ubican a la persona principal en el centro del lateral largo de la mesa, frente a la puerta de entrada de los invitados, quedando los comensales de menor rango cerca de los extremos.

Es curioso lo que ocurre cuando aparece alguien con una necesidad interna de ocupar un lugar relevante, porque se lo pide su ego, y, sin saber nada de estas cuestiones protocolarias, se instala en un extremo, como si fuera el principal en el sistema inglés, y luego la mesa se organiza con el sistema francés.

Tienes más información sobre estas cuestiones aquí.

martes, 3 de mayo de 2011

Encuentro




La alegría de la mirada deseada. El optimismo de las cejas que suben. La aceleración de los latidos del corazón. La carrera de los dos hacia el encuentro. Los brazos que vuelan para agarrar todo el ser de quien viene hacia ti. La llegada esperada. La cercanía de dos cuerpos que encajan mutuamente. Las manos que hablan por detrás. Los dedos que quieren entrar en la carne sin hacer daño. Las mejillas que se rozan hasta terminar en besos. Los cuerpos que se separan para que vean los ojos. Los ojos que se retiran para que se unan los labios en un beso profundo. La sonrisa intensa que transmite la alegría a los ojos y al alma. Las manos que se unen y dialogan con calor y con aprietos. Una mano que va a la nuca de quien está delante y arrastra la cabeza hacia sí. La mirada que baja y la boca que se diluye en otro beso penetrante, ardiente. La mirada que sube al separarse para encontrar cariño en los ojos. Las manos que sujetan dulcemente las mejillas. La cara que se tuerce para besar. Los ojos que se cierran para sentir sin distracción. Las mejillas que vuelven a rozarse, a apretarse, a fundirse. Y, luego, una mano que va al hombro. Otra mano que va a la cintura. Dos cuerpos que caminan unidos. Dos cabezas inclinadas. El paso acompasado. El amor. La alegría.  La vida. La ternura.

lunes, 2 de mayo de 2011

Otros mundos


Creo que hay que tener mucho cuidado con los otros mundos. Una cosa es que nos inventemos otro mundo mejor, pero sin anular la realidad de éste en el que estamos, y otra es inventárselo y querer hacer ver que lo real no es el mundo existente, sino el inventado, el que interesa que la gente se crea que es el real. Esto supone un juego innoble e inmoral con la ignorancia ajena, pero está a la orden del día.

Ana Belén y Antonio Flores