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El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
sábado, 28 de febrero de 2009
Menos mal que ya está aquí el Carnaval / y 9
viernes, 27 de febrero de 2009
Menos mal que ya está aquí el Carnaval / 8
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jueves, 26 de febrero de 2009
El Carnaval e Internet
Hay un cierto punto de vista desde el que el Carnaval e Internet tienen algún aspecto de coincidencia que resulta interesante.
Yo creo que el Carnaval no es un momento en el que, bajo la apariencia de un disfraz, se adquiera transitoriamente una personalidad distinta de la propia. Más bien me parece que es al revés, que, estando uno disfrazado todos los días y teniendo que ser no exactamente como uno es, en Carnaval te quitas el disfraz y te pones uno de algo que no vas a ser en toda tu vida, pero que te ayuda a ser como verdaderamente eres, al menos mientras puedas ir bajo la absurda apariencia de Napoleón o de una monja. El disfraz va anunciando que hay un cambio. Y eres tú el que ese día puedes vivir efectivamente tal cambio para ser, no lo que te obligan a ser, sino lo que en el fondo eres. En Carnaval, según lo veo yo, no te vistes de otra cosa, sino que te desnudas de lo que habitualmente vas vestido, que es algo que te resulta forzado y no del todo gratificante.
Esto que ocurre en Carnaval puede ocurrir también en Internet. Es cierto que la absurda, aunque comprensible, manía del anonimato recorre blogs, chats, foros y todo aquello en donde puedes entrar y decir algo. Pero también es constatable que hay quienes se quitan el disfraz cotidiano cundo se sientan ante las teclas y dicen lo que de verdad piensan, y no mienten ni engañan, y usan su libertad para colaborar a crear un mundo en el que sean reales los valores en los que creen.
En todo caso, en Carnaval te desahogas siendo lo que quieres ser, aun a sabiendas de que al día siguiente todo volverá a la lamentable normalidad. En Internet, en cambio, haces lo mismo, pero lo que escribes queda ahí. Tú quedas ahí escrito, si has tenido la valentía y la honestidad de ser tú mismo el que has escrito aquello.
miércoles, 25 de febrero de 2009
La comida sagrada
A Charo Barrios, como reconocimiento a tu labor de humanización de la cocina, de la comida y de la vida. Estoy seguro de que suscribirías el título del libro de Faustino Cordón, Cocinar hizo al hombre.
Elena del Rivero (Valencia, 1952) expone actualmente su obra en la Galería Elvira González, de Madrid.
La autora estudió Filosofía en la Universidad de Valencia. Luego vivió en Madrid y Roma y desde 1991 reside en Nueva York.
Desde hace 15 años, la materia prima de sus trabajos es el papel. En algunas de sus obras, Elena del Rivero cose sobre el papel como si se tratara de una tela; en otras, como la que se presenta en la fotografía tomada de El País, recubre el papel de abacá con láminas de oro puro. Su estilo se inspira en el arte americano, principalmente en las tendencias minimalista y conceptual.
En la entrevista que publicó El País el pasado 23 de febrero, se afirmaba que
“en sus últimas obras la pieza clave es un gran trapo de cocina de dos metros, realizado en papel de abacá y dorado con pan de oro”.
Y la autora afirmaba:
"Lo que he querido es situar lo doméstico en el rango de la espiritualidad: un hombre o una mujer que cocinan y reúnen gente en torno a una comida o una copa de vino crean un momento que tiene algo de sagrado. Y no tiene nada que ver con lo religioso".
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martes, 24 de febrero de 2009
Menos mal que ya está aquí el Carnaval / 7
lunes, 23 de febrero de 2009
El salvaje urbano
domingo, 22 de febrero de 2009
Menos mal que ya está aquí el Carnaval / 6
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sábado, 21 de febrero de 2009
El elogio de la sombra / 2
Dicen que el papel es un invento de los chinos; sin embargo, lo único que nos inspira el papel de Occidente es la impresión de estar ante un material estrictamente utilitario, mientras que sólo hay que ver la textura de un papel de China o de Japón para sentir un calorcillo que nos reconforta el corazón. A igual blancura, la de un papel de Occidente difiere por naturaleza de un hosho o un papel blanco de China. Los rayos luminosos parecen rebotar en la superficie del papel occidental, mientras que la del hosho o del papel de China, similar a la aterciopelada superficie de la primera nieve, los absorbe blandamente. Además, nuestros papeles, agradables al tacto, se pliegan y
arrugan sin ruido, su contacto es suave y ligeramente húmedo como el de la hoja de un árbol.
viernes, 20 de febrero de 2009
Menos mal que ya está aquí el Carnaval / 5
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jueves, 19 de febrero de 2009
Fotografxs / 6 / Henri Cartier-Bresson
También puedes verlas aquí:
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miércoles, 18 de febrero de 2009
Menos mal que ya está aquí el Carnaval / 4
martes, 17 de febrero de 2009
El elogio de la sombra / 1
Quiero incluir aquí algunas citas de este librito que muestran una estética y un sentido de la contemplación muy alejados del que solemos tener en occidente.
La primera cita habla de algo muy importante en Japón, pero con una cierta mala prensa en occidente: el de los retretes. Dice Tanizaki:
Siempre que en algún monasterio de Kyoto o de Nara me indican el camino de los retretes, construidos a la manera de antaño, semioscuros y sin embargo de una
limpieza meticulosa, experimento intensamente la extraordinaria calidad de la
arquitectura japonesa. (…)
Siempre apartados del edifico principal, están emplazados al abrigo de un bosquecillo de donde nos llega un olor a verdor y a musgo; después de haber atravesado para llegar una galería cubierta, agachado en la penumbra, bañado por la suave luz de los shōji y absorto en tus ensoñaciones, al contemplar el espectáculo del jardín que se despliega desde la ventana, experimentas una emoción imposible de describir. (…)
En verdad, tales lugares armonizan con el canto de los insectos, el gorjeo de los pájaros y las noches de luna; es el mejor lugar para gozar de la punzante melancolía de las cosas en cada una de las cuatro estaciones y los antiguos poetas de haiku han debido de encontrar en ellos innumerables temas. Por lo tanto no parece descabellado pretender que es en la construcción de los retretes donde la arquitectura japonesa ha alcanzado el colmo del refinamiento. (…)
Comparada con la actitud de los occidentales que, deliberadamente, han decidido que el lugar era sucio y ni siquiera debía mencionarse en público, la nuestra es infinitamente más sabia porque hemos penetrado ahí, en verdad, hasta la médula del refinamiento. (…)
Los inconvenientes, si hay que encontrar alguno, serían su alejamiento (…), además del peligro, en invierno, de resfriarse; no obstante si, para repetir lo que dijo Saitō Ryoku, “el refinamiento es frío”, el hecho de que en esos lugares reine un frío igual al que reina al aire libre sería un atractivo suplementario.
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lunes, 16 de febrero de 2009
Secuelas de la guerra
"Las auténticas armas de destrucción masiva son las que avivan los conflictos, la pobreza y los abusos contra los derechos humanos en todo el mundo",
"Hay un programa continuo para niños. Millares de menores palestinos han
visto morir a sus amigos, presencian los bombardeos". Los niños palestinos
tienen armas de juguete; basta dirigirse con una cámara de fotos a un grupo de
críos para que posen con sus pistolas. Imagino que los niños -que juegan en
calles empapeladas con las fotos de mártires- crecen rodeados de odio, en un
ambiente propicio para que se conviertan en personas muy agresivas, tal vez en
hombres y mujeres dispuestos a inmolarse. "Yo he conocido a las familias de
suicidas", dice Mahmud Sehwail, "y en muchos casos no hay motivo religioso ni
político. La frustración y la desesperación son las verdaderas causas del
suicidio. Hace unos años me invitaron a un programa de radio. Un hombre llamó
diciendo que sus hijos presenciaron cómo un soldado israelí mató a su madre. El
hombre pidió ayuda psicológica. Un mes más tarde supimos que aquel hombre se
había volado a sí mismo en Israel, matando a varias personas. No pudo manejar
sus problemas".
domingo, 15 de febrero de 2009
Lesbianas, censura y ¿educación?
La Comunidad de Madrid considera que los alumnos de Secundaria no deben poder acceder desde algunos de los ordenadores de los Institutos a sitios de Internet en donde se hable, por ejemplo, de lesbianas. Al parecer, el 10% de la población es homosexual, pero la táctica educativa de esta Comunidad es procurar que los alumnos no se enteren y que miren para otro lado. Supongo que, como consecuencia, querrá también que si una alumna es lesbiana, que sufra y que no sea como es, sino como la Comunidad quiere que sea, es decir, heterosexual. Y esto, porque a la Comunidad le dé la gana.
Para conseguir este objetivo, la Comunidad de Madrid aplica unos filtros a los ordenadores. Como consecuencia de tal aplicación, cuando alguien busca una página sobre lesbianas, el ordenador se lo impide y sale un aviso de que el tema entra dentro de la 'pornografía' (sic).
Esta es la situación que promueve sin ruborizarse la Comunidad de Madrid. Lógicamente, el alumno o la alumna que quiere informarse sobre el lesbianismo, lo consigue. Y también consigue mandar a tomar vientos a los regidores de la Comunidad de Madrid y convencerse de que los responsables de estos desvaríos no alcanzan la mínima categoría que se necesita para ser considerados como seres humanos. La degradación de lo que ocurre en esta Comunidad está alcanzando ya cotas tan inhumanas y tan negativas que no sé si la situación será ya irrecuperable.
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Menos mal que ya está aquí el Carnaval / 3
sábado, 14 de febrero de 2009
Menos mal que ya está aquí el Carnaval /2
jueves, 12 de febrero de 2009
Paseando por la vida / 39 / Espías
miércoles, 11 de febrero de 2009
Menos mal que ya está aquí el Carnaval /1
Sea como sea, te voy a poner aquí a lo largo de unos días algunas muestras de humor, de humor libre, de mucha guasa. Espero que lo disfrutes.
Este es un romancero de un clásico del Carnaval de Cádiz: Salvador Fernández Miró. El tema de esta grabación es 'La muerte'.
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martes, 10 de febrero de 2009
La ciencia y la religión
En el conocimiento nos encontramos con un problema que ya está resuelto desde hace mucho tiempo, pero que la ignorancia o quizás ciertos intereses hacen que se mantenga como problema. Es el de si el conocimiento aceptable lo suministra la ciencia o si la religión es una fuente, no sólo de esperanza, sino también de conocimiento. Se trata de decidir si lo que conozco es lo que sé y puedo demostrar o si, por el contrario, es lo que creo y lo acepto mediante la fe.
Este tema, teóricamente ya superado, pero prácticamente vigente por lo que se ve, es tratado por el catedrático de Historia de la Ciencia de la Universidad Autónoma de Madrid, José Manuel Sánchez Ron, en el excelente artículo El ejemplo y las lecciones de Darwin, aparecido en El País del 1 de febrero pasado.
Resalto aquí algunos párrafos del mismo.
Debatimos insistentemente -ahora estoy pensando en España- acerca de los programas educativos para nuestros jóvenes; por ejemplo, si es aceptable o no imponer asignaturas como Educación para la Ciudadanía, ante la cual algunos argumentan que limita la libertad de los padres a ejercer sus derechos en la formación (moral y religiosa) de sus hijos. Y, mientras tanto, la enseñanza de ciencias sufre cada vez de más carencias.
No parece preocuparnos demasiado, por ejemplo, si se enseñan adecuadamente sistemas científicos tan básicos como la teoría de la evolución de las especies. El pasado noviembre, se publicó un libro en el que se adjudicaba a la Reina, doña Sofía, la siguiente manifestación: "Se ha de enseñar religión en los colegios, al menos hasta cierta edad: los niños necesitan una explicación del origen del mundo y de la vida".
Podrá resultar doloroso a algunos, pero la única explicación que da lugar a comprobaciones contrastables sobre el origen del mundo y de la vida procede de la física, de la química, de la geología y de la biología. La religión pertenece a otro ámbito.
¿Es legítimo ocultar a los niños ese mundo científico, condicionando así sus opiniones futuras, en aras a algo así como "mantener su inocencia", o por las ideologías de sus padres? Haciendo públicas sus opiniones en una cuestión cuya importancia no puede ignorar, y por la elevada posición que ocupa, doña Sofía hizo publicidad de una determinada forma de entender el mundo, que jamás ha recibido comprobaciones contrastables.
Una forma, además, que, al menos en España, de la mano de la jerarquía católica, pretende intervenir en apartados que pertenecen al poder legislativo, como son los programas educativos o lo que es admisible o no en los tratamientos médicos (no puedo olvidar en este punto las manifestaciones de la Conferencia Episcopal Española a raíz del nacimiento, en octubre de 2008, de un niño tratado genéticamente para curar a un hermano que sufría anemia congénita: "El nacimiento de una persona humana ha venido acompañado de la destrucción de sus propios hermanos a los que se ha privado del derecho a la vida"; palabras no sólo cuestionables desde el punto de vista de la ciencia sino también, en mi opinión, carentes de compasión ante el sufrimiento ajeno).
Necesitamos educar en la ciencia a nuestros jóvenes; no, naturalmente, para que entiendan que ella es el juez supremo para las opciones que quiere asumir una sociedad democrática. La ciencia es, simplemente, un instrumento -el mejor- que los humanos hemos inventado para librarnos de mitos, orientarnos ante el futuro y protegernos de una naturaleza que no nos favorece especialmente
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