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sábado, 19 de diciembre de 2020

Tradiciones




Seguir las tradiciones es repetir sistemática e irremediablemente las costumbres heredadas del pasado. Ser tradicionalista es rechazar los cambios, lo nuevo, y admitir exclusivamente lo que se ha hecho toda la vida. Conviene racionalizar las tradiciones para que no venga algún virus y la celebración de la Navidad se convierta en un problema, primero familiar, y luego médico.





domingo, 20 de agosto de 2017

Buenas noches. Educación




Ser una persona educada no consiste en aceptar las costumbres heredadas sin criticarlas racionalmente y sin analizar si son valiosas y justas. 

Ese camino de repetir sin más las costumbres no lleva ni a la realización personal ni a la felicidad. 

Buenas noches.

miércoles, 27 de abril de 2016

Buenos días. Tradiciones




Las tradiciones no están para repetirlas sin más. 

No hay por qué volver a hacer lo que se ha hecho siempre porque se haya hecho siempre. 

Hay que indagar el porqué de cada costumbre y, si no nos parece bien, no debemos seguirla. 

Piénsalo. 

Buenos días.

domingo, 22 de noviembre de 2015

Buenas noches. Tradicional




Lo tradicional es sólo un dato del pasado, pero no tiene por qué ser una norma del futuro. 

Buenas noches.

sábado, 2 de mayo de 2015

Buenas noches. Estética



Hay ocasiones en las que la estética se cruza en el camino con los sentimientos, con las carencias, con los deseos, con los miedos y con las tradiciones y da lugar a una experiencia hueca, a la nada bellamente revestida de elementos absurdos. 

Buenas noches.


viernes, 28 de septiembre de 2012

Buenos días. Tradiciones




Hay una tradición de masas por la que mucha gente piensa, dice y hace las mismas cosas, sin más justificación que la de que siempre se ha hecho así.

Hay otra tradición, más personal, por la que una persona hace siempre lo mismo, por la única razón de que se ha acostumbrado a hacerlo.

Las tradiciones son criterios externos, no interiorizados, que seguimos mecánicamente, sin que nuestra mente se haya parado a pensar si tienen sentido o no. Se hace algo porque se hace, y eso es suficiente.

Ese es el peligro de las tradiciones. Si no las criticamos, si no analizamos si son convenientes o no, si no pensamos si nos convencen o, por el contrario, tenemos que desecharlas, corremos el riesgo de que se adueñen de nosotros, nos despersonalicen y hagamos las mayores tonterías imaginables, aunque sean muy tradicionales.