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martes, 18 de octubre de 2022

Su cárcel

 


Pasaron los años. Un día se dio cuenta de que había estado siendo engañado desde el principio. El partido que le interesaba -porque le habían enseñado a odiar a los otros- le había estado ocultando la realidad y, en su lugar, le había mostrado unas milongas inventadas, unas mentiras fabricadas en beneficio exclusivo de los dirigentes del propio partido. Le habían estado utilizando a través de la televisión, de casi toda la prensa y de casi toda la radio, como quien utiliza una herramienta o adoctrina a un esclavo. Él había aceptado porque, en su ignorancia, se había creído que los adversarios -que el veía como enemigos-, en lugar de mejorar sus condiciones de vida, que era lo que hacían, le iban a traer todas las desgracias posibles. Cuando cayó en la cuenta de que había sido un don nadie en manos de los ricos que dirigían la operación, entró en escena su orgullo y se negó a reconocerlo. En lugar de buscar información sana y ajustada a los hechos, comenzó a mirar para otro lado y a decir que total todos eran iguales, aunque él ya sabía que no era así. La tristeza se apoderó de sus días y la soledad lo encerró en su propia cárcel.

sábado, 10 de febrero de 2018

Buenas noches. Ritmos



Como seres humanos, tenemos un ritmo, una velocidad para aprender y para vivir. Ese ritmo no tiene nada que ver con el que la sociedad se empeña en mostrarnos. Por ejemplo, no podemos pensar a la velocidad a la que va la televisión. 

Piénsalo, sé consciente de ello y líbrate de las consecuencias. 

Buenas noches.


miércoles, 19 de julio de 2017

Buenas noches. El criterio II




Luego los tiempos se fueron secularizando y empezó a cobrar fuerza la televisión como criterio que sirviera de ayuda para la aceptación de cualquier asunto. Si había aparecido en la TV, aquello de lo que se tratara era verdad, aunque fuera un disparate mayúsculo. No se daban cuenta, ni se lo dan aún muchas personas, de que la televisión manipula todo lo que toca, que ofrece versiones muy parciales de la realidad, que acostumbra a quienes la ven a prestar atención sólo a lo que se ve a mucha velocidad y que impide que el espectador piense. Pero si salía por la televisión que un burro había aparecido volando, es que aquello era verdad.

Buenas noches. (Continuará)

jueves, 9 de marzo de 2017

Buenos días. Osadía 48


Atrévete a ver menos la televisión. 

Buenos días.


domingo, 24 de julio de 2016

Buenas noches. La mentira




La mentira nos amenaza por todos los rincones. Hay mentira en las calles, en las informaciones, en la televisión, en los vestidos, en el maquillaje, en lo que se vende, en la política, en las religiones, en las declaraciones, en las palabras, en las interpretaciones, en el arte. La mentira, como un dios de nuestro tiempo, está en todas partes.

Buenas noches.

martes, 25 de marzo de 2014

Lo que veo cuando miro. La de dios




España es un país en el que si se muere un expresidente, se monta la de dios; si pierde un partido de fútbol un equipo grande, se monta la de dios; si a algún mindundi se le ocurre montar una bronca en la tele, se monta la de dios; si te ponen una multa, se monta la de dios. La de dios es un montaje de mucho cuidado, pero suele durar un día o dos y luego se olvida, porque cada poco se monta la de dios por algo.


Y, sin embargo, si sigue habiendo seis millones de parados, si la brecha entre ricos y pobres sigue aumentando, si la educación está de pena, si la sanidad está de muerte, si la justicia está de risa triste, si la juventud tiene las puertas cerradas, si el país y los paisanos van un poco más atrás cada día, ni se monta la de dios ni la de nadie. Aquí, para que no pase nada, tienes que hacer una muy gorda, porque si lo que te ocurre es una trivialidad, como morirte o decir una estupidez, entonces se monta la de dios. Buenas tardes.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Buenas noches. ¿Quién educa aquí?





Pero ¿quién educa en este país? Aquí no paran de nacer niños, pero ¿quién los educa?

Conozco a padres ejemplares, magníficos, que saben que traer a un niño a este mundo significa ayudarle a que crezca como ser humano, no como una simple masa de carne alimentada. El problema es que el número de estos padres que ejercen de tales es muy escaso. Una multitud de ellos no tienen ni idea de lo que se podría hacer. Son progenitores, pero no padres. Como educadores están de vacaciones desde hace ya mucho tiempo.

¿Educan los profesores? El papel educativo de los profesores siempre he creído que era muy secundario. No es que no tengan que educar, pero su labor es peculiar. Un profesor debe aclararle a los alumnos, por ejemplo, que no deben abusar de los gusanitos ni de la pastelería industrial, porque no son comidas sanas y pueden traerles consecuencias perniciosas para la salud. Debe explicarles también el porqué, es decir, que son insanas porque tienen mucho colesterol y eso es grave para la salud. Pero si educar es crear hábitos buenos en el niño, acostumbrarlo a que actúe bien, eso no lo puede hacer el profesor, porque no puede controlar y cuidar de que el niño adquiera el hábito saludable y bueno de no comer esas porquerías. Eso es cosa de los padres. Y si los padres no actúan, de poco servirá lo que diga el profesor. El profesor puede y debe aclarar las ideas y colaborar así en la creación de buenos seres humanos y de buenos ciudadanos. Pero nuestros estúpidos gobernantes están quitando de los planes de estudios todas las asignaturas que se encaminen a este objetivo. En lo que creen es en un ser que debe saber matemáticas, pero que no es necesario que sepa pensar, ni ser libre, ni que crea en la igualdad ni en la democracia ni en el poder de la crítica. Prefieren una especie de máquina infrahumana. Y la sociedad los tolera e, incluso, los aplaude.

¿Educa la televisión? Yo creo que más de lo que se cree, pero más que educar, deseduca. No sólo por los contenidos que aparecen en ella, zafios, estúpidos y alienantes la mayor parte de las veces, sino por el estilo de sensibilidad que impone la televisión. Si te fijas bien, en la televisión todo discurre a una velocidad endiablada, no hay un ritmo que favorezca el pensamiento, sólo se valora lo llamativo, lo espectacular. Cuando alguien habla, tiene que hablar poco, para que no se aburra nadie. La atención está acostumbrada a fijarse sólo en lo que se mueve y en la pantalla todo se mueve. Cuando un alumno se pone delante de un libro, que ni se mueve él ni se mueve nada dentro de él, es incapaz de fijar la atención y ni comprende ni aprende. Si observamos la cantidad de horas que un niño o un joven o un adulto pasan delante de la televisión, acostumbrando al cerebro a estas maniobras absurdas, se echa uno a temblar.

¿Quien educa aquí, entonces? No lo sé. Buenas noches.

lunes, 14 de octubre de 2013

Buenas noches. Sensibilidad





Me parece ver en la sociedad un grave problema de sensibilidad. Sin sensibilidad, esto es, sin ser capaces de ver lo que miramos, sin poder captar lo que está pasando, nunca habrá posibilidad de defendernos ni de cambiar este mundo a mejor.

La sensibilidad se puede adormecer y se puede despertar. Se adormece con el hábito de pasar el tiempo con divertimentos. El bar, la televisión, el fútbol son, en el fondo, evasiones que nos apartan de los verdaderos problemas por los que pasamos. Por eso tienen tanto éxito, aunque hagan tanto daño. Cuando las situaciones laborales y sociales son duras, se comprende que uno tenga que evadirse un rato y descansar. Pero si este descanso se hace sólo con medios adormecedores, el precio que pagamos es muy alto, demasiado alto. Si pasan unos días y no eres capaz de asustarte con lo que está pasando, es posible que el adormecimiento se haya apoderado ya de ti. Entonces, deberías reaccionar.

¿Y cómo despertar la sensibilidad? Pues esto exige una postura activa, muy distinta de la sentarse pasivamente a ver la televisión. Se trata de buscar información fiable -que la hay- en medios escritos o en radios y no fiarse nunca de lo que aparece en los telediarios. Se trata también de leer, de fomentar la curiosidad por todo lo que pueda aclararnos lo que significa ser persona, por los derechos humanos, por los problemas de los ciudadanos. Hablando con gente interesante se aprende mucho, pero hay que salir a buscarla. Gente buena hay en cualquier sitio. Internet puede ser también un buen lugar para encontrarla. Poner en duda lo que uno sabe y lo que uno cree nos mantiene también abiertos al aprendizaje de lo nuevo. Nunca hay que conformarse con lo que se sabe, porque, por mucho que sea, siempre será poco y siempre revisable.

Si lográsemos un mayor grado de sensibilidad, si nada de lo humano nos fuera ajeno, quizás los poderosos y los ricos se llevarían alguna sorpresa. Buenas noches.

viernes, 5 de abril de 2013

Yo nací por televisión




Yo nací por televisión. Del vientre de mi madre salió un monitor y lo colocaron en una cuna, que entonces se llamaba un 'moisés'. La teta y el biberón me lo daban por televisión y me vi obligado a rechazar cualquier chuchería que me ofreciera alguien que no tuviera acceso al monitor. Fui creciendo en pulgadas y cuando fui capaz de manejar yo solo el monitor, me llevaron a la escuela. Allí había niños que no tenían monitor y con los que me era muy difícil comunicarme, a pesar de que me ponían de frente a ellos, junto al maestro, para que me pudieran ver. Seguramente de entonces me viene ese deseo de huir de la gente, sobre todo de la que me habla y me pregunta cosas que yo no sé contestar. Salía poco de casa. De pequeño me llevaban en un cochecito, pero luego la tarea se hizo más difícil y a veces hasta imposible. Iba al fútbol y poco más. Estudié en la universidad a distancia porque me era más sencillo tanto estudiar como hacer los exámenes, que enviaba haciendo simplemente una conexión. Una vez sentí una interferencia muy fuerte y me enamoré de una chica que tampoco tenía monitor, pero que me entendía bien. Llegué a ser registrador de la propiedad. Era muy cómodo para mí, porque no tenía que tratar directamente con nadie. Luego, a un grupo de personas se le ocurrió que me metiera en política, lo cual me aterraba, porque ahí había que decidir cosas y eso nunca me ha gustado hacerlo. La fortuna hizo que encontrara en una ciudad gallega a un individuo que se parecía mucho a mí. Con un poco de maquillaje y el asesoramiento de un director teatral, logramos convertirlo en un calco de mi cuerpo. El problema era que este hombre no tenía ni idea de nada. Cuando se calentaba, echaba unas broncas terribles, pero nunca sabía lo que había que hacer, sólo protestar e insultar. La ventaja era que tenía una gran memoria y recordaba perfectamente todo lo que se le decía, pero cuando surgía un problema imprevisto, no sabía qué decir. Llegó un momento en el que las cosas se pusieron muy difíciles y era casi imposible que mi doble hiciera frente a las situaciones que se le presentaban, por lo que tuve que reservarlo para actos protocolarios en los que hubiera poco que hablar. En los actos importantes tuve que volver a aparecer yo, con mi monitor, que ahora ha crecido ya mucho y es de buena calidad. Sigo con mi problema de comunicación, pero tendrían que entender que yo he sido así desde pequeño y que estas cosas no tienen mucho arreglo. Lo sobrellevo como puedo y mi gran temor, lo que no me deja vivir, es que alguien, algún enemigo, de los de fuera o de los de dentro, me averíe un día seriamente y no haya técnico en el mundo que logre arreglarme. Cada uno lleva su cruz a cuestas -o dentro- como puede.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Buenos días. ¿Por qué corres tanto?


Vas a tanta velocidad por varios motivos. El principal, porque ves mucho la TV. Fíjate bien en cómo funciona la tele. Los planos cambian a mucha velocidad. La gente, en cada plano, se mueve a mucha velocidad. La cámara se mueve a mucha velocidad. A la gente, en cuando dice tres palabras, la cambian a mucha velocidad. Si comes viendo la tele, comes a la velocidad de la tele. Si acostumbras tu mente a que funcione a la velocidad que ve en la tele, vivirás a la velocidad de la tele. Cuatro horas cada día delante de la tele pueden hacer que vivas a tal velocidad que no enteres de lo que haces en la vida. Obsérvalo.

Que tengas un buen día.

miércoles, 8 de agosto de 2012

El golpe de estado del PP




De la crisis económica global que padecemos, saldremos. Mejor o peor -seguramente, peor, dados los planes inexistentes de Rajoy y su entreguismo a los poderosos europeos-, pero saldremos.

De lo que nos va a costar muchísimo más trabajo salir va a ser del golpe de estado que está, poco a poco, día a día, fraguando el PP. Muchos ciudadanos están muy ocupados con los éxitos futbolísticos de quien toque, con las olimpiadas, con las belenes esteban o con lo que se les ponga delante en el camino de la huida y asisten impertérritos e inconscientes al desmantelamiento de la educación, de la sanidad, de sus sueldos, de la estructura de lo público, de la cultura, de la televisión, de las estructuras laborales, de los derechos, del aborto, de la idea de ciudadano, de la idea de persona, de la idea de Estado y de la idea de ser humano.

A este paso, cuando nos despertemos, si se da el caso, el PP seguirá allí, pero es posible que algunos de nosotros, no.