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martes, 6 de abril de 2021

Dicho ya. Respeto




 6 de abril de 2019

Lo privado es particular.
Lo público es de todos, no de ningún particular.
Lo privado exige respeto, pero el que exige lo público es aún mayor.


sábado, 6 de abril de 2019

Buenas noches. Respeto




Lo privado es particular. Lo público es de todos, no de ningún particular. Lo privado exige respeto, pero el que exige lo público es aún mayor. 

Buenas noches.


sábado, 19 de noviembre de 2016

Buenas noches. Usos



El uso habitual de lo público como si fuera privado es la muestra inequívoca de la degradación del ser humano. 

Buenas noches.


miércoles, 29 de octubre de 2014

Lo que veo cuando miro. El perdón



Ayer comentaba yo en este mismo lugar que las peticiones de perdón hechas públicas por el presidente del Gobierno, el señor Mariano Rajoy, y por la presidenta del PP de Madrid, la señora Esperanza Aguirre, no tenían ningún sentido en una sociedad civil y democrática, en la que lo único procedente en una situación como la actual -de corrupción no ocasional, sino estructural- es la dimisión.

Me gustaría hoy, sin embargo, no tirar por la borda el perdón como si fuera un acto escaso de sentido. Pedir perdón es una procedimiento humano valiosísimo, elegantísimo y de una enorme calidad humana, sólo equiparable al acto generosísimo, nobilísimo y de una calidad humana similar de perdonar. Pero pedir perdón y perdonar, actos propios de mentes grandes, sólo tienen sentido en el pequeño mundo de las relaciones personales. Yo puedo cometer un error con un amigo, puedo reconocerlo, decírselo y pedirle -no exigirle- que me perdone. Ese acto de humildad, si es sincero, ennoblece y engrandece a quien lo hace. Y el acto de perdonar, tan libre como innecesario, dota igualmente de nobleza y de grandeza a quien lo concede. Pero esto sólo tiene sentido y valor en el ámbito de las relaciones personales, nunca fuera de él.

En el marco de la política nunca se establecen relaciones personales entre los ciudadanos y sus representantes. Son relaciones institucionales, sujetas a reglas -escritas o no escritas- democráticas, en donde no se puede olvidar que lo único que hay que perseguir es el bien común de todos, no el establecimiento o el restablecimiento de ningún tipo de relación personal.

No ser consciente de esto y salir en público pidiendo perdón por unos comportamientos impresentables de una serie -enorme, por otra parte- de políticos, en lugar de presentar la dimisión a los ciudadanos que le otorgaron su representación y su confianza, da a entender una carencia enorme y peligrosa de ética. Se han puesto a gobernar sin un mínimo de formación ética y eso tiene sus consecuencias.

Hay políticos, particularmente entre los neoliberales -como si lo llevaran en sus genes-, que tienen la funesta manía de confundir lo público con lo privado. Llegan a un cargo público y creen que el cargo es suyo y que pueden hacer desde él lo que les venga en gana: mentir, ocultar, ganar dinero, maltratar a los ciudadanos, etc. En el colmo del desvarío democrático, se dedican a privatizar lo público, con excusas o sin ellas, con sentido o sin él, sólo con el interés de beneficiarse a sí mismos o a sus amiguetes y correligionarios. Tanto se creen que lo público que gestionan es un bien privado que les pertenece, que cuando ocurre alguna anormalidad, en lugar de irse y someterse a la justicia democrática, se limitan a pedir perdón. Y se quedan tan anchos.


El despiste democrático en el que estamos metidos es el fruto de muchos años de fomento de la incultura entre los ciudadanos, entre los empresarios y entre los políticos. Abandonamos todos nuestra formación como ciudadanos y ahora estamos recogiendo los frutos podridos de tal dejación.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Lo que veo cuando miro. Montoro



Coincidí una vez con el ciudadano Cristóbal Montoro antes de que fuera ministro en la presente legislatura. Me pareció entonces un ser maleducado, grosero, uno de estos seres molestos, de conductas bastas, que tienen por costumbre usar los espacios públicos como si fueran privados: están en los restaurantes como si estuvieran en el salón de su casa, van por la calle como si las aceras fueran pasillos de su propiedad y hacen el mismo ruido que si estuvieran solos en su inmenso cortijo.

Después de oír lo que como ministro ha dicho del señor Pujol, otro que tal baila, me confirmo en mi opinión. Me parece que el señor Montoro ha usado el ministerio público como si fuera un feudo de su partido. No habló como un ministro, sino como un miembro del PP. No habló como un hombre de Estado que ilustra a los ciudadanos sobre lo que deben hacer y lo que no se puede tolerar, sino que se olvidó de sus Bárcenas y aprovechó la oportunidad para sacar rédito partidista de su intervención y destrozar a los Bárcenas de los partidos rivales. Dio así muestra de su bajeza política, de su escasa catadura moral y de algo que me está doliendo últimamente: los personajes públicos están dando demasiados ejemplos de que hay que moverse por intereses privados, de que hay que usar los cargos, los puestos, las declaraciones y todo lo que se haga, no por un noble y limpio deseo de servir a la comunidad, sino porque les viene bien a sus propios intereses particulares.

Tolerando estas conductas y no reaccionando contra ellas, nos estamos ensuciando la mente y estamos ensuciando el país.

Buenas tardes.

sábado, 13 de julio de 2013

Buenas noches. Uso privado de lo público





Magnífico ejemplo de uso privado del espacio público. He almorzado en un restaurante en donde se come bien, aunque con las mesas un poco juntas. A mi derecha una pareja de mediana edad. Yo notaba algo raro en el aire, pero no sabía qué era.

Cuando iban a salir, separo un poco mi mesa para facilitarle la salida al señor. Sin embargo, el caballero tarda un poco en salir porque está haciendo algo raro por debajo de la mesa. Miro a ver qué pasa y descubro que en plena ola de calor se había quitado los zapatos para comer y ahora, como estaba un poco gordo, le era difícil ponérselos. Un respiro fue que se fueran a la calle.

Claro que, dos mesas más a la izquierda un joven alegre y sonriente está intentando conquistar a su acompañante cantándole una jota que oímos todos.

A mí, en realidad, lo que me pide el cuerpo es desnudarme para estar fresquito y desahogarme cantando una bulerías de La Paquera, pero algo me dice que no debo hacerlo. Debo de ser algo raro, quizás.

Te sugiero que tú no cantes en la cama cuando vayas a dormir, que los vecinos te van a poner mal, pero unos buenos recuerdos cariñosos no hacen ruido y hacen mucho bien. Buenas noches.

viernes, 18 de enero de 2013

Alguien debería decir... Lo público y lo privado




Alguien debería decirnos que los espacios públicos no se pueden usar como si fueran privados. No se puede confundir un restaurante con el comedor de casa, ni el cine con la habitación de la tele, ni la calle como el pasillo de casa. Lo público es de todos y nunca debe usarse como si fuera sólo de uno. Diga lo que diga el PP.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Mirando por la ventana. Gestores de lo público.




No entiendo por qué los gestores de lo público, en lugar de cumplir con sus obligaciones y gestionar bien aquello de lo que se han encargado, lo desvían hacia empresas privadas que, a su vez, subcontratan y subcontratan, sacando tajada de cada subcontrato y dejando el servicio final al ciudadano en unas condiciones lamentables. 

Y cuando ocurre la tragedia, con arena o sin ella, el gestor público se lava las manos. ¿Qué pinta, entonces, al frente de lo público? ¿Para qué se ponen a estos personajes en los lugares públicos? ¿Creen que gestionar lo público consiste sólo en privatizarlo? Lo público es de todos, no sólo de los gestores de lo público. ¿Para qué votas a la derecha, ciudadano? ¿Sabes lo que haces?

jueves, 30 de septiembre de 2010

Privado / Público



Hay que ver lo que les gusta a los defensores de lo privado mangonear y aprovecharse de lo público hasta dejarlo exangüe.