Mostrando entradas con la etiqueta no sin cultura. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta no sin cultura. Mostrar todas las entradas

lunes, 5 de noviembre de 2012

No sin cultura



He acudido hoy a la convocatoria que el colectivo “No sin cultura” hizo en la plaza de Santa Ana, delante del Teatro Español, en Madrid, en protesta por la degradación y la previsible desaparición de la cultura en nuestro país.

Aunque el público asistente estaba formado mayoritariamente por actores, yo, que no lo soy, aunque me haya pasado la vida haciendo de actor en clase, acudí porque me sentí implicado. Creo que la cultura es cosa mía, porque es cosa de todo ser humano. Sin cultura no hay humanidad. Sin cultura permaneceríamos todos con los modales de los brutos, utilizando la violencia para intentar resolver los conflictos. Sin cultura no podríamos convencernos de que todos somos iguales y de que no podemos discriminar ni a las mujeres, ni a los que tienen la piel de otro color, ni a los que han nacido en otros lugares ni a nadie. Sin cultura no seríamos capaces de ser libres humanamente, es decir, libres todos, no sólo los poderosos o los ricos. Sin cultura no nos enteraríamos fiablemente de cómo es el mundo en el que vivimos. Sin cultura el gozo sería chabacano, primario y degradante. Sin cultura lo más delicado de la humanidad se vendría abajo. Sin cultura la felicidad se confundiría con los instintos más bajos del animal que llevamos dentro. Sin cultura no habría más que la alegría bruta del bruto. Sin cultura hay gobiernos como éste que nos ha tocado sufrir y al que la historia juzgará por el daño que le está haciendo a la humanidad.

El símbolo de este colectivo es una soga al cuello. Así estamos, aunque algunos no lo sepan o no quieran ver.