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viernes, 27 de febrero de 2015

Los viernes, etimologías. Plomo, mercurio, aluminio, zinc



Obra de Guillermo Pérez Villalta

PLOMO

Del latín plumbum. En griego era mólybdos, que ya aparece en las tablillas micénicas y todo apunta a que es una palabra de origen ibérico. Los romanos lo llamaron plumbum, y, atención, es también un préstamo ibero. Hay una explicación: los yacimientos de la Península, junto a los de Asia Menor, abastecían de plomo a todo el Mediterráneo. Y se usaba muchísimo por la baja temperatura a la que se funde. La palabra es una onomatopeya del sonido, plum o plom, que hace al caer sobre el agua. Se sigue diciendo "caer a plomo", "como un plomo". Derivados son plomada, plomizo, desplomarse. La metáfora de llamar "plomo" a alguien muy pesado es frecuente. La densidad del plomo, 11´3, es alta frente al hierro, 7´8, o el cobre, 8´9. En gallego-portugués otra onomatopeya, chumbo.

MERCURIO

Recibe este nombre por su movilidad, como el dios, rápido y veloz, y asimismo el planeta, el más rápido en su movimiento alrededor del sol. Está relacionado con merx, mercancía y toda la familia de mercado, mercería, comercio y usted (vuestra merced), pero esa gran familia es mejor dejarla para otro día. Tiene otro nombre, azogue, del árabe zâ´uq, pero si este término es un préstamo del persa, algo dudoso, tendría origen indoeuropeo, la raíz sweid, brillante, la misma de sidus, estrella y considerar. En griego es hydrárgyros, de hydro, agua y árgyros, plata. De ahí su símbolo químico, Hg. La mina por antonomasia es Almadén, que en árabe significa eso: La Mina. Hay otra gran mina, Huancavelica, Perú.

ALUMINIO

Es el metal más abundante en la corteza terrestre, por delante del hierro, y el menos denso, 2´7. Su nombre es una palabra moderna acuñada por el químico británico H. Davy en 1812, a partir de la palabra latina alumen, la sal llamada en español alumbre.

ZINC

Se conoce desde la Antigüedad, lo menciona Aristóteles, lo llamaban pseudoargyras, falsa plata, y era utilizado para conseguir latón, aleación de cobre y zinc. El nombre actual fue acuñado por Paracelso, s. XVI, a partir del alemán zink, que significa con punta, por la forma puntiaguda de los cristales al ser fundido. Parece mentira, pero los estudiosos afirman, y así lo recoge el DRAE, que lata y latón tienen orígenes distintos. Lata viene del latín latta, palabra de origen posiblemente celta, mientras que latón viene del árabe latûn, metal brillante. ¡Qué cosas!