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miércoles, 15 de julio de 2015

Buenos días. Mejilla




Una mano en una mejilla puede valer por todo un discurso de alto contenido emocional. 

Buenos días.


viernes, 3 de julio de 2015

Los viernes, etimologías. Partes del cuerpo 5



NARIZ

En latín era nasus (nariz) y nares (ventanas u orificios). La palabra es de raíz indoeuropea, nasa en sánscrito, naham en persa, nose en inglés, nozy en lituano, nos en ruso. La nariz es signo de decisión, es la parte más avanzada de nuestra anatomía, por eso asomo la nariz, estoy hasta las narices, y hago tal cosa por narices, que es menos malsonante que por huevos. ¿Por qué decimos las narices en plural? Más que la nariz tenemos in mente las ventanas de la nariz. Al hablante de una lengua le parece lo normal lo de la suya, y extraño lo de las demás. Casi todas las lenguas tienen dos palabras, una para la nariz y otra para los orificios o ventanas. Así era en latín, lo conserva el italiano, en catalán nariz es nas, y cada ventana nariu, en portugués nariz y narina, en inglés nose y nostril. Puede ocurrir lo contrario, por ejemplo el catalán no tiene en el diccionario la palabra uva, y solo lo llama raïm, racimo. ¿Cómo pueden no tener la palabra uva? ¿Y cómo podemos nosotros no tener palabra para ventana de la nariz, orificio nasal...? Esto nos lleva a la reflexión de que cada lengua tiene sus peculiaridades, como las personas, y debemos respetar las peculiaridades ajenas, y esperar que respeten las nuestras. Está claro por qué a los estudios de Letras se les llama Humanismo.

OREJA

Su origen es el latín auricula, diminutivo de auris. Ya en latín tardío solo se usaba el diminutivo. El fiel lector de estas entregas sabe perfectamente cómo aurícula evoluciona a oreja. Au da o, como aurum oro, taurus toro, y -cula da -ja, como speculum espejo o pelicula pelleja. La raíz del vocabulario básico es común en las lenguas indoeuropeas, inglés ear, persa hos, armenio hunk. Estas palabras de poca masa fónica experimentan transformaciones terribles, como el francés que de aqua llegó a eau. El griego ous, con sufijo to, es origen de otitis, otorrino, parótidas, glándulas salivales al lado de las orejas, bueno, estarán ahí dentro... En castellano pestorejo es la parte de post, detrás, de la oreja.
Oír en latín era audire, y desarrolló auscultare, escuchar. No hablemos ahora del peligro de extinción en que está hoy día oír, sustituido, en la tele o en la calle, siempre por escuchar. "No te escucho", "he escuchado tal cosa". ¿Será por influencia del catalán, donde hace rato que escoltar significa oír y escuchar? Bueno, lo que hace rato que ha entrado en castellano es el catalán sentir que significa oír. Audire tiene muchos derivados: obedecer, de ob-audire, audífono, y todos los auditores y auditorías, pero de corrupción quizás... vamos a dejarlo por hoy.
También se ha dado el nombre de aurículas a las dos partes superiores del corazón, por su forma, como que fueran dos orejas.

MEJILLA

Viene del latín maxilla, que en origen designaba solo el maxilar inferior, después los dos maxilares, y acabó dando nombre a las mejillas. La etimología indoeuropea es incierta en esta palabra. Mejilla se escribe con j, porque su origen es una x, la de México o Quixote. En árabe mejilla es hádd, y de ahí proviene almohada, para apoyar la mejilla.

¿Quinta entrega y vamos por las mejillas? A este paso llegamos a los pies en Navidad.