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martes, 18 de septiembre de 2012

Aguirre y las listas




Cuando se operó, Esperanza Aguirre no ingresó en las listas de espera del hospital, que es lo que hacemos todos. Ahora que se ha quedado sin trabajo, como es funcionaria, supongo que no irá al paro, pero me parecería muy mal que le quitaran el puesto a alguien para que lo ocupara ella. Debería no hacerse la tonta y apuntarse a alguna lista.

domingo, 29 de julio de 2012

La sospecha. Oposiciones en Madrid




Estoy indignado. Estoy cabreado. Estoy preocupado. Estoy de muy mal humor. Sobre todo, estoy triste. La tristeza tiene siempre dos caras. Una, la de la situación que produce la tristeza. Otra, la del causante de esa situación.

La situación. Mi amiga se presentó a las oposiciones para profesores convocadas en Madrid. Tras el primer ejercicio, quedó en un lugar privilegiado en la lista de su tribunal. Había buenas perspectivas, aunque nunca se sabe lo que puede pasar. Salieron las listas definitivas y apareció como aprobada. Había logrado sacar las oposiciones en unas circunstancias tan difíciles como las actuales. Imagínate la alegría. Lo dice en casa, se lo dice a los amigos, proclama a todos los vientos que ha logrado vencer el reto de una oposición.

Pasan tres horas desde que apareció la lista definitiva. Tres horas de felicidad, de gozo y de respirar hondo. Pero basta un segundo para que la ineptitud, la estupidez o vete tú a saber si una mano interesada hagan su aparición, así que en tres horas puede pasar de todo. En efecto, en medio de la alegría y de la celebración, sale una nueva lista. Anuncian que, por error, la lista verdaderamente definitiva es la que exponen ahora y en ella no aparece mi amiga. Tú, que me lees, ponte en el lugar de mi amiga y siente con ella lo que le pudo entrar en la vida.

El causante. Lo normal es que sea en la Consejería de Educación, tan sabiamente dirigida en la Comunidad de Madrid por la señora Figar y sus asesores y de la que todos los profesores tienen amplias y profundas experiencias, en donde se reciban las listas de los diversos tribunales y se elabore la lista definitiva, según las puntuaciones obtenidas, para su publicación. Algún inepto de los que tanto abundan, un estúpido metido en donde no debe, un cretino de los que no deberían estar en donde están o un mediocre de estos que se ponen a hacer lo que sea y lo hacen de cualquier manera debió de hacer la lista sin la menor atención, sin el conveniente cuidado, sin la necesaria responsabilidad y sin saber lo que hacía. Y metió la pata. Lo normal sería que este señor o esta señora desapareciera de ese puesto y fuera cesado de inmediato por su superior jerárquico, por ser un inútil y un peligro público para la comunidad ciudadana. Si no ha sido así, hay que exigir que dimitan él/ella y sus superiores. Se han acostumbrado a que los ciudadanos traguemos todo lo que se les ocurra y no tienen el menor inconveniente en hacer cualquier desmadre y quedarse tan tranquilos. No han aprendido a ser servidores públicos en una democracia y, por lo que se ve, no van a aprender nunca.

Aunque, quién sabe, ¿es esto lo que ha ocurrido o han sido otras cosas? Esta Comunidad de Madrid la gobierna el PP desde hace mucho tiempo y ya sabemos la afición que tienen estos señores y señoras del PP por meter en lugares cobijados a sus familiares, amigos y partidarios. Tal afición me hace abrir la sospecha de si no habrán llegado algo tarde algunas comunicaciones interesadas que había que atender y han procedido cuando han podido. Es lo que tiene el hábito de mentir, de medrar, de colocar y de imponer, que crea la sospecha y eso es muy difícil de quitar. Quienes no se caracterizan por tener una idea clara de la ética, de la justicia, de la democracia ni del trato humano a los ciudadanos no hacen más que mantener siempre viva la mecha de la sospecha.

La tristeza me lleva a la indignación, a la sospecha y a ese sentimiento pesado, pastoso y que cada vez se instala con más facilidad en mi mente de que este mundo que estamos construyendo y que estamos tolerando en este país no es más que una verdadera mierda.