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viernes, 8 de diciembre de 2023

María Antonia, la esclava que compró su alma, por Esther Bajo, en MasticadoresFEM



 Nació en El Congo en 1740. Su vida estaba marcada por las labores familiares y, sobre todo, por el miedo, pues no pasaba una semana sin que alguna aldea vecina se viera asaltada por grupos de blancos armados que llamaban portugueses y encadenaban a todo hombre o mujer joven que encontraran y se los llevaban en un viaje sin retorno a no se sabe dónde. Otras veces eran los propios soldados del rey los que, se decía, apresaban a la gente para venderla a los blancos a cambio de otros productos, como si fuera comparable un ser humano con un espejo o una pieza de tela. Ella tenía quince años cuando el asalto se produjo en su aldea. Encadenada y enjaulada, fue llevada...

Puedes leer el artículo completo de Esther Bajo pulsando aquí.




domingo, 7 de mayo de 2023

Día de la madre

 

Sensitiva, de Miguel Blay y Fábrega.

Si hay una persona importante, indispensable, en la vida de cualquier ser humano, esa persona es la madre. Por eso, con cariño, le deseo a todas las madres que lean esto un día y una vida llenos de buenos momentos, de alegría y de amor.

Aunque el origen de este Día de la Madre es comercial, creo que conviene, como en cualquier “Día”, reflexionar un poco sobre en qué consiste ser madre y si hay que prepararse o no para ser madres.

Ya ha nacido el bebé. Es un ser humano pequeñito, encantador y absolutamente necesitado de cariño y de atenciones, sin las que sería imposible que viviera. Yo, si fuera madre o quisiera serlo, me plantearía algunas preguntas. Por ejemplo, lo tengo que educar, porque todos nacemos “en bruto” y tenemos que aprender y acostumbrarnos a vivir en sociedad como seres humanos. Y eso ¿cómo se hace? ¿de cualquier manera? ¿lo hacen ellos solos? ¿hay que conocer cómo evolucionan los niños para poder tratarlos adecuadamente en cada momento? ¿hago yo con mi hijo lo mismo que hizo mi madre conmigo hace ya unos cuantos años? ¿lo acostumbro a razonar o le dejo hacer lo que le apetezca? ¿le hago ver desde pequeño que todos somos iguales y que no hay que discriminar a las chicas o creerse superior a ellas? ¿les regalo muñecas a las niñas y camiones a los niños? ¿los visto de rosa y azul? ¿le acostumbro a creer que ser libres es hacer lo que a cada uno le dé la gana o que consiste en ser capaz de hacer lo que en cada momento “debe” hacer? ¿lo llevo a la iglesia para que lo adoctrinen allí o espero a que sea mayor y que vaya él o ella si quieren? ¿lo llevo a una escuela en la que le hablen de la realidad o solo de una parte de la realidad? ¿cuido su sensibilidad? ¿le muestro valores positivos, humanos, que crean un mundo mejor, o dejo que haga lo que quiera? ¿leo para que lea o estoy todo el día con el móvil para que luego lo estén él o ella también? En fin, que ojalá el día de hoy transcurra en un intercambio alegre de amor entre madres, hijos e hijas, pero que en algún momento de algún día, hagamos el muy humano acto de racionalizar lo que hacemos.

A ningún centro comercial se le va a ocurrir crear el “Día de los hijos”, porque no les sería rentable. Pero los hijos también deberían razonar sobre cuál es su papel y su actitud en su relación con una persona que les dio la vida y el amor necesario para sobrevivir.



domingo, 14 de agosto de 2022

Esa libertad es mentira

   El valor básico es la libertad.

Sin libertad, sin libertades son casi imposibles las igualdades, la justicia o el resto de valores.
Fíjate en la libertad que practican los neoliberales, las derechas de este país: no es libertad, es mentira.
En Madrid ofertan menos de la mitad de las plazas de FP que se necesitan. Así, más de la mitad de los jóvenes que quieren estudiar FP se ven OBLIGADOS a hacerlo en el negocio de la privada.
No les importan los jóvenes ni sus circunstancias, sino el negocio y el adoctrinamiento.

domingo, 3 de julio de 2022

En puertas de perder una batalla




Hubo un tiempo en el que la igualdad era la meta a conseguir desde la izquierda. Si era necesario, se cedía algo de lo nuestro, incluso de nuestra libertad, para procurar que todos pudieran tener sus derechos. La libertad era el objetivo de la derecha. Lo de todos ya importaba menos, porque el individualismo se había convertido en la forma de ser, en la manera de vivir de quienes tenían la vida económica resuelta, y para ser individualista solo se necesitaba libertad.

Igualdad y libertad, izquierda y derecha se enmarcaban -y se enmarcan- en una sociedad democrática. En ella el respeto, la verdad, una cierta tolerancia, la buena educación y unas mínimas formas que había que guardar eran básicas.

Hoy, a fuerza de no defender la democracia como el valor más importante de la sociedad, vamos adentrándonos en el oscuro y peligroso callejón del fascismo, alentados por los más embrutecidos de los ciudadanos. Hay quienes, presos de la nostalgia y encadenados por sus obsesiones, quieren colocar el pasado en el futuro para creer que van hacia adelante mientras caminan hacia atrás.

No hace mucho estos cautivos parieron ese engendro polifacético y suicida de los negacionismos: no al cambio climático, no a las vacunas, no a la Tierra redonda, no a la razón, no a la ciencia. Los caprichos más peregrinos y más teñidos de ignorancia han sido convertidos en las manías más lejanas a la humanidad. Ha habido quienes han bajado la guardia, y entonces estos galeotes han aprovechado para resucitar ese estúpido deseo de que los hombres gobiernen los cuerpos de las mujeres, su sexo, su capacidad de procreación o su belleza física. Su habitual sentimiento de inferioridad les impulsa a reaccionar bruscamente, sobre todo, odiando al diferente porque tiene otro color de piel, ha nacido en otro lugar, tiene una visión de la sociedad en la que caben todos, cree en otros dioses, defiende a otro equipo de fútbol o, simplemente, cree en la ley y en la decencia. Hay que odiarlos porque el odio les hace sentirse superiores. Hay que odiar especialmente a quienes tengan una identidad sexual diferente a la única que admiten y que quieren imponer a todos los demás, y también a quienes posean una orientación sexual diferente, porque no les da la gana admitirla y porque son fieles a sus prejuicios y a sus miedos. Hay que odiar al diferente, porque solo el odio da sentido a sus vidas.

La desidia y la ignorancia nos han colocado a las puertas de perder una batalla. Como no reaccionemos, perderemos también la guerra.

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jueves, 16 de junio de 2022

Breve historia de una vida




 
Le pusieron delante el modelo de vida que les interesaba, con un chalecito adosado e hipotecado en las afueras, en una urbanización con piscina que creyó que era su parcela en el paraíso, y un coche grande, enorme, todoterreno, para poder visitar una finca que no tenía, pero que en cuanto se instalaba en él, sentía que estaba sentado en su propio trono.

Con esas dosis de anestesia en la mente lo habían expulsado de la ciudad, en donde su cercanía no era agradable para ellos. Como mucho, le concedían que volviera para hacer compras, a dejar dinero, a beber y a divertirse. Antes ya le habían privado de cultura, sobre todo para que no practicara el difícil arte de pensar, no fuera a darse cuenta de lo que le estaba ocurriendo. Ellos sí se quedaron en la ciudad, en buenas casas rodeadas de buenos restaurantes y con buenos servicios.

Lograron que se sintiera único, el mejor, un triunfador, y que se adornara con deudas varias durante años. A la vez, extrañamente, consiguieron que se considerara rico, importante, aunque en realidad fuera un empleado esclavizado y sobreexplotado más, incluso que se creyera un empresario, una especie de Florentino en pequeño, o lo que su imaginación o su frustración, empujadas por el cebo que le habían mostrado, le hicieran creer.

Una vez instalado en su cárcel, que él confundía con su paraíso, y separada su existencia y sus circunstancias de las del resto de seres humanos que le acompañaban en el viaje, se identificó con sus amos, con quienes le manejaban en su absurda ceguera, con quienes le engañaban para hacerle creer que era un rico triunfador, cuando no era más que un pobre ser obligado a trabajar lo necesario y más, endeudado y, a lo sumo, con unos ahorrillos casi improductivos.

Pronto comenzó a alabar a quienes le querían convencer de que era libre, aunque en realidad fuese un esclavo con gruesas cadenas invisibles que, gracias al caduco e inhumano sistema económico imperante, le ataban a su trabajo o, incluso, a su paro, a su sueldo, quizá mísero, pero que él creía que era una fortuna. Ensalzaba a quienes le amarraban a su rutinaria y dura vida, la mejor de las vidas posibles, según él, porque no tenía otra. Elogiaba a quienes le habían sumido en el individualismo y en el egoísmo, que le proporcionaban una soledad que él consideraba que era el estado natural de la existencia. Echaba flores sin parar a quienes le habían instalado en la cabeza los más inhumanos prejuicios contra los otros, contra casi todos. Él los había aceptado, se los había creído y se había embrutecido con naturalidad, sin que fuera consciente de su proceso.

Y entonces sucedió el gran acto suicida de su existencia: en las elecciones comenzó a votar a sus amos, a aquellos que le ofrecían unos magníficos buñuelos rellenos de nada, a quienes le quitaban los servicios públicos que él, sin enterarse, pagaba con sus impuestos, a quienes le amarraban a su triste existencia con unas pesadas cadenas que él no veía, pero que estaban ahí, presentes y eficaces. Votó a quienes le hacían creer que era lo que no era, a quienes, sin que él lo advirtiera, le habían instalado en su mente las mentiras que más le interesaban a ellos para mantenerlo con supuestos ideales, con un falso sentido para su vida que le impidiera tomar conciencia de lo que realmente estaba haciendo. Así se fue haciendo poco a poco racista, xenófobo, machista, intolerante, fascista, mezquino, egoísta y retrógrado. Y, sobre todo, le introdujeron en su vida uno de los más inhumanos sentimientos que se pueden tener: el odio a todo lo que no fuera lo que pregonaban sus amos.

En su juventud había oído que el amor lo podía todo. Ahora practicaba la máxima de que el odio gana cualquier batalla. La vejez llegó y lo encontró en una soledad no asumida, sin aficiones constructivas, sin entretenimientos sanos, con bastante menos ahorros de los que había tenido, porque había tenido que pagar la educación privada, la sanidad privada, el plan de pensiones privado, el chalé y los coches, pero con una hoguera en el alma de solitario que le hacía odiar casi todo lo que existía. Nunca llegó a odiarse a sí mismo, que quizá hubiese sido la única manera de que se diera cuenta de su situación.

Un día se murió, y solo entonces se liberó de su esclavitud y de su ausencia de humanidad, pero a esas alturas ya no tenía tiempo para vivir.

martes, 14 de junio de 2022

Desprecio



 

No puede haber democracia sin que los ciudadanos cumplan las leyes aprobadas en los diversos Parlamentos. Además, cualquier ciudadano que tenga alguna responsabilidad pública, por pequeña que sea, no solo debe cumplir la ley, sino que debe hacer que las leyes se cumplan.

El desprecio por las leyes y el afán de que cada uno haga lo que le dé la gana -eso que alguna portadora del síndrome de la ignorancia permanente y sus interesados súbditos llaman libertad- es lo que está convirtiendo a España en un país cada día más inculto, y a su sociedad en fascista, aunque parte de sus miembros solo se enterarán cuando les lleguen las consecuencias. Ahora están alegremente tomando cañas y estropeándose la mente con la televisión.

domingo, 23 de enero de 2022

Así, sí.




Te veo algo rara últimamente. Es como si tuvieras miedo. Estás apagado. Temes algo. Alguien te debe de haber metido miedo en el cuerpo. No reaccionas cuando te toman el pelo. Te noto retraída y no contestas cuando te tratan como si fueras tonto. Si te mienten, no haces nada. Tampoco haces nada cuando te quitan derechos. Me da la impresión de que tienes miedo a que vuelvan a hacer lo que hicieron hace años. Si ponemos de nuestra parte, no va a ser así, pero entiendo que hayas cedido un poco a la presión. Creo que debes tener cuidado, porque ese miedo se transforma fácilmente en odio, pero no a quienes te meten miedo, sino a los otros, a los que te defienden sin que tú te enteres ni les hagas caso. No se puede vivir con miedo ni, mucho menos, con odio, porque ambos nos ciegan la mente. Una vida así no es vida. El miedo y el odio se comen la alegría, las ganas de vivir, el entusiasmo y la esperanza. Tenemos que limpiarnos el alma de vez en cuando, hombre o mujer, que lees estas letras. Con mucha facilidad se nos mancha con todos los contravalores que están en el aire, en las noticias y en las mentes. Una mente limpia, sin rencores, sin ganas de que haya mal en el mundo, buscando la buena libertad de todos y la alegre igualdad entre todos no tiene precio. Así sí merece la pena vivir.

jueves, 16 de diciembre de 2021

Libertad ja ja ja

 


Hay que tener muy mala humanidad para engañar a los menos espabilados hablándoles de LIBERTAD, para luego OBLIGARLES a hacerse un seguro médico privado si quieren que los atiendan supuestamente mejor que en la sanidad pública. Con todas sus caras duras desmantelan la sanidad pública, extenúan al personal sanitario y maltratan a los pacientes con el riesgo de que esta maniobra les cueste la vida. Hoy casi la tercera parte de los contagios por Covid en España se han dado en la Comunidad de Madrid, con muchas personas haciendo reuniones y cenas defendidas por la presidenta de la Comunidad, con las calles abarrotadas de gente sin mascarilla, sin prudencia, sin humanidad. Me preocupa la situación del personal sanitario. Me repugnan estos políticos madrileños, con tanta ignorancia, tanta incultura, tanto manejo, tanta codicia y tan poca humanidad.

jueves, 7 de octubre de 2021

Libertad ¿para qué?



Tienes los ojos para ver, y la libertad para no hacerlo.

Tienes la mente para entender, y la libertad para no hacerlo.

Tienes el tiempo para vivir, y la libertad para no hacerlo.

Tienes la meta de convertirte en un ser humano bueno, y la libertad para no hacerlo.

Tienes la posibilidad de ser con los demás, y la libertad para no serlo.

Tienes la vida para vivirla con humanidad y con alegría, y la libertad para desperdiciarla.

Eres libre, pero ¿para qué?

miércoles, 6 de octubre de 2021

Entender las derechas




 Oímos a la ultraderecha y a la derecha ultra que están en contra de la ley de eutanasia, y de la ley del aborto, y de la subida de las pensiones y los sueldos, y de subir los impuestos a los más ricos, y de mejorar los servicios médicos, y de favorecer el derecho a la vivienda de los más vulnerables, y...

¿En nombre de qué defienden estos disparates? No parece que sea en nombre de la democracia, puesto que estas leyes han sido aprobadas o pretenden serlo democráticamente. Podría pensarse que quizá fuera por cuestiones religiosas. Pero un católico, por definición, no debe ir contra su Papa, y estos que hablan así no tienen inconveniente en criticarlo, incluso en llamarlo despectivamente “ciudadano Bergoglio”. Por otra parte, tampoco destacan por que sus actos se adapten mucho al Evangelio. Muy creyentes parece que no son, y no parece que sea la religión la que les mueva a decir y hacer estas cosas que van tan en contra de los derechos de tantos ciudadanos. Si no es por cuestiones políticas ni por cuestiones religiosas, ¿qué es lo que mueve a la ultraderecha y a la derecha ultra a actuar así?

Lo que les mueve a ir tan claramente contra el bienestar de los ciudadanos, contra las leyes democráticamente aprobadas y contra todo lo que sea menester es, en mi opinión, la economía. La economía suya, que es una economía egoísta, salvaje, excluyente de los demás, embaucadora, mentirosa, que, por ejemplo, a un señor que se dedica, con tres o cuatro más, a pintar casas, o que tiene un taxi, les hace creer que son equiparables a los grandes empresarios, y que tienen que pensar y actuar y votar como ellos. Pobres de quienes les sigan el juego a esta gente sin alma. El único criterio con el que miran la ultraderecha y la derecha ultra es el de su propia economía, no la de los ciudadanos. Ahora, cuando el Gobierno intenta garantizar el acceso a una vivienda de los más vulnerables, hablan de ¡la libertad de los dueños de pisos para subir los precios! Jamás piensan en los ciudadanos. Desean el poder, necesitan el poder, pero para hacer leyes que les beneficien a ellos, que les aporten beneficios, aunque sea a costa de rebajar sueldos, rebajar pensiones, rebajar servicios públicos, rebajar prestaciones y hacer malvivir a los demás para que puedan vivir bien ellos. Si quieres entender lo que pretenden estas derechas españolas, tan poco europeas, tan antiguas y tan embrutecidas, deja de mirar banderas e himnos, olvídate de procesiones y de clérigos, no escuches sus promesas, no caigas en sus trampas: obsérvalos solo desde el punto de vista de su propia economía, de sus exclusivos intereses. Sólo así los entenderás.

jueves, 30 de septiembre de 2021

Muerte




 No entiendo cuál es el sentido de la libertad, de la cultura y de la humanidad de quienes están en contra de que, a través de la eutanasia, un anciano pueda morir con dignidad, y, en cambio, no protestan por que se les abandone en las residencias para que mueran sin atención médica. Más bien parece que practican la vieja táctica de mantener a los ciudadanos con miedo y sin que se puedan sentir realmente libres para elegir su propia manera de morir.

domingo, 22 de agosto de 2021

Urgencia





Es urgente vivir. Lo digo pensando en cualquiera, sea afgano, costamarfileño o español, cada cual en su circunstancia. Todo ser vivo tiene la necesidad de vivir y el derecho a que le dejen vivir en libertad, sin que nadie le imponga nada ni le quite la vida. Hay que acabar con las crueldades, los tratos desiguales a quienes son iguales y los asesinatos.

Es urgente vivir. Hay que ver el mundo con los mejores ojos posibles, con la mirada limpia, cultivada y humanizada. Hay que oír todos los sonidos que nos regala la Naturaleza y que el hombre ha creado. Hay que huir de los ruidos, cada vez más frecuentes, más estruendosos, más desagradables. Hay que oler lo bello, lo bueno, lo agradable, los perfumes en tarros y los perfumes en vidas. Hay que cultivar el gusto, educar la sensibilidad y gustar todo lo que sea bueno. Hay que tocar, con respeto hacia las cosas y hacia las personas, pero hay que tocar. Pasarán las restricciones por la pandemia, pero entonces deberemos tocarnos con la delicadeza y la nobleza que imponen el respeto. Mientras tanto, acariciemos las páginas de un libro, las hojas de una planta, la textura de un paño, la piel de un animal. Y hay que cuidar, educar y engrandecer la mente. Tenemos que saber lo más posible de lo bueno y sano que existe en el mundo. Y tenemos que aprender cada día a actuar como un ser humano, a crear un mundo en el que quepamos todos y en el que nos respetemos y nos cuidemos todos.

Todo esto es urgente. Tendríamos que empezar ya, a pensarlo y a hacerlo.

Buen domingo.  




miércoles, 21 de julio de 2021

Papeles para aprender. Manuel Vicent: En la mar


Fotografía tomada de El País.

 Otra lección de sabiduría la que da Manuel Vicent en su columna de El País de los domingos. Se titula En la mar, y puedes leerla aquí.

viernes, 25 de junio de 2021

Eutanasia



Hoy entra en vigor en España la ley que permite la eutanasia. Es un paso de enorme importancia para que los enfermos que cumplan las condiciones de la ley puedan ejercer su derecho a tener una muerte digna y humana. El papel de la cultura no es solo el de humanizar la vida, sino también la muerte.
Como a muchas otras personas, me viene a la memoria con agradecimiento el Dr. Montes, a quien le hicieron la vida imposible con mentiras y con bulos por ayudar a los enfermos a morir de una forma civilizada.
Le hicieron la vida imposible quienes se llenan la boca con la “palabra” libertad, pero por detrás se hartan de prohibir conciertos y actos culturales, y de recurrir leyes: la del divorcio -que no obliga a divorciarse-, la del aborto -que no obliga a abortar-, la del matrimonio homosexual -que ni obliga a ser homosexual ni a casarse con nadie-, y ahora la de la eutanasia. Todos, según quieren estos tipos raros, somos teóricamente muy libres, pero tenemos que hacer y no hacer lo que a ellos les dé la gana. Los más hipócritas, los más atrasados, los más ignorantes, los más simples y los más inhumanos se empeñan en que todos seamos como ellos. España tiene un problema de cultura y a algunos se les nota hasta en la mirada.

 

viernes, 7 de mayo de 2021

¿Saben los madrileños?




¿Saben los madrileños en qué consiste la libertad?

¿Saben los madrileños las consecuencias de entender mal la libertad?

¿Saben los madrileños que más allá de uno mismo hay más personas?

¿Saben los madrileños que el fascismo llama a la puerta hablando de libertad, pero nunca de igualdad?

¿Saben los madrileños qué es el fascismo?

¿Saben los madrileños cuáles son las consecuencias de privatizar lo público?

¿Saben los madrileños lo que cuesta salir de una enfermedad seria en la sanidad privada?

¿Saben los madrileños la diferencia entre tener una situación acomodada y ser rico?

¿Saben los madrileños que el neoliberalismo crea grandes masas de pobres y un grupito de muy ricos?

¿Saben los madrileños lo que es no tener para comer?

¿Saben los madrileños en qué consiste votar pensando y no odiando?

¿Saben los madrileños a quién van a odiar ahora o esperan a que se lo digan?

¿Saben los madrileños a dónde lleva el odio?


domingo, 2 de mayo de 2021

domingo, 4 de abril de 2021

Vergüenza





 A mí me daría vergüenza luchar por organizar la sociedad de manera que se favorezca solo a unos pocos. Privatizan los servicios para que hagan negocios los suyos, son machistas porque eso favorece a los hombres, son racistas para sentirse superiores, son xenófobos en la medida en que no les vienen bien los extranjeros, no quieren pagar impuestos porque así ellos tienen más y desean la libertad, pero la que ellos pueden pagar. No me parece humano ni justo andar así por la vida.

viernes, 2 de abril de 2021

Cruz




 Su cruz es su voto. En ese voto los crucificarán y de sus cuerpos chorreará la sangre de la sanidad, de la educación, de sus derechos, de la igualdad, de la libertad y de la justicia, hasta que les entreguen sus vidas al señor de los negocios y a nuestra señora de lo privé.

lunes, 22 de marzo de 2021

Dicho antes: Individualismo

 




22 de marzo de 2020

El individualismo es una enfermedad que nació en la mente del ser humano cuando el afán por ser diferente, por creerse superior, por no sentirse inferior o por considerar que su libertad era más importante que la de los demás se apoderó de él.
El individualismo mata la sociedad, atenta contra los demás y termina destruyendo al propio individualista.
El individualismo resta humanidad al ser humano porque no le deja actuar como lo que es.
El individualista está incapacitado para amar y para ser amado.
El individualismo desemboca en el mar de la soledad y se ahoga en él.

sábado, 20 de marzo de 2021

Libertad ¿para qué?

 




La derecha extrema sigue empeñada en oponer la libertad a todo lo que se le mueva enfrente, sea socialismo, comunismo o cualquiera que le estorbe. Pero tenemos que preguntarnos de nuevo, libertad ¿para qué?


¿Para que solo los ricos puedan elegir una medicina privada que los pobres no podrán pagar?


¿Para que solo los ricos puedan elegir un colegio de pago en donde no haya extranjeros ni emigrantes ni alumnos de otro sexo, para que sus hijos salgan de allí xenófobos, racistas y machistas y sin saber nada del mundo real en el que estamos?


¿Para que un enfermo terminal no pueda elegir tener una muerte digna?


¿Para que solo los ricos puedan elegir viviendas dignas?


¿Para que los bancos no cobren comisiones a los ricos, pero sí a los pobres?


¿Para poder mentir a gusto y sin que nadie les diga que mienten en casi todo lo que dicen?


¿Para prescindir de la ética y de toda racionalidad, y que cualquier medio valga para conseguir el fin, esto es, el dinero?


¿Para alcanzar el poder como sea y poder hacer leyes que favorezcan los intereses propios?


¿Para sumir a los ciudadanos en la ignorancia y que no se den cuenta ni sepan criticar vuestros manejos?


¿Para poder acusar a los adversarios de vuestros errores y aparecer como falsos inocentes, incluso como víctimas, cuando en realidad sois los culpables?


Eso, señores de la derecha extrema, es lo que queréis que creamos que es libertad, pero no es libertad. Son vuestros intereses privados, que queréis blanquear intentando que creamos que es libertad. Como siempre, mentís a todo el que se deja.