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jueves, 10 de octubre de 2019

Buenos días. Gestos




Qué significativos son los gestos, tanto los que uno mismo emite, sabiéndolo o no, cuando hace algo, como los que emiten los demás cuando actúan ellos. Cualquier acto está siempre impregnado de gestos que hablan. 

Buenos días.

domingo, 16 de diciembre de 2018

Buenos días. Ver




Hay que aprender a ver entre gestos. 

Buenos días.


domingo, 12 de noviembre de 2017

Buenas noches. Regalos



Los mejores regalos no se pueden tomar con las manos, porque son tiempo, palabras, gestos. Por eso también solo se pueden agradecer con abrazos, con sonrisas o con lágrimas. 

Buenas noches.


sábado, 19 de agosto de 2017

Buenos días. Plan




Una mirada dulce. Una sonrisa cariñosa. Una caricia inesperada. Un abrazo cálido. Un beso inhabitual. Una palabra de acercamiento. Un gesto agradable. Todo lo positivo que se te ocurra. 

Buenos días.

jueves, 18 de agosto de 2016

Buenos días. Sólo uno




Un detalle, un detallito, una pequeña acción, un gesto sin aparente importancia le puede cambiar la vida a alguien hoy. 

Buenos días.

lunes, 19 de octubre de 2015

Buenas noches. Amor 5




Una mirada puede ser amor. 
Y una sonrisa, también. 
Y una caricia. 
Y un gesto. 
Y un abrazo. 
Y un poco de tiempo. 
Y escuchar. 
Y un silencio. 
Y el sexo. 
Y una lágrima. 
Casi todo puede ser amor. 
Buenas noches.

martes, 30 de junio de 2015

Buenas noches. Enamoramientos




No sé si a ti te pasará. Tampoco sé cómo llamarlos, pero a veces, me sobrevienen algo así como como pequeños y transitorios enamoramientos. Son impresiones intensas, que se apoderan de la mente de manera fugaz, pero penetrante, y que excluyen la posibilidad de pensar en otra cosa durante el más o menos breve tiempo de su duración. Pueden estar causadas estas situaciones por una sonrisa que te llega más adentro de lo que esperabas, o por una mirada que te muestra el alma desnuda, o por algún detalle de belleza o de elegancia que te propulsa por un instante a algún más allá, o por un gesto de cariño que vives como un regalo de la vida, o, incluso, por un no sé qué o un qué sé yo que hace que esa impresión se instale a su gusto en el alma durante un rato. Yo creo que son signos inequívocos de una sensibilidad proclive, pero también de que en la vida no todo es, ni mucho menos, la miseria tan poco atractiva que se suele ver. 

Buenas noches.

domingo, 7 de junio de 2015

Las palabras y los gestos




Las palabras. Los únicos que podemos pronunciar palabras somos los humanos, pero no es lo único que podemos hacer. También están los gestos, las miradas, las sonrisas, las expresiones con las manos. Todos estos elementos hay que cuidarlos para ser humanos. 
Si las palabras nacen pintadas con cariño nada tienen que temer, salvo la incomprensión, pero eso no tiene arreglo ni salida. Los gestos deben ser respetuosos, pero sin que ese respeto te impida ser tú ni relacionarte como tú eres. 
Tendríamos que aprender de la naturalidad que muestran los jóvenes, con sus carencias y sus posibles torpezas, pero con una espontaneidad que sería muy bueno que tuviéramos los que tenemos más edad. 
Creemos absurdamente que la memoria es un depósito de vivencias antiguas e inservibles, cuando es más bien un filtro que expulsa lo que no tiene interés. Creemos absurdamente que la mente tiene otro depósito para albergar sentimientos, emociones, iniciativas y deseos inexpresados por el miedo o censurados por los prejuicios. 
Nos han acostumbrado a taparlo todo, a guardarlo y ocultarlo, a tragar lo que no es digerible. Tenemos que liberar las palabras y los gestos. Las palabras que hablan de sentimientos, de emociones, de disgustos y de futuro. Los gestos que expresan lo que tenemos en la mente en cada momento. No valen las etiquetas ni las frases hechas ni las prohibiciones decadentes. Aunque seamos seres pensantes y reflexivos, no hay que perder la naturalidad que también llevamos dentro. No nos comamos las palabras ni los gestos. No censuremos las palabras ni los gestos de quienes se dirigen a nosotros. 
Buenas noches. Besos y abrazos.

domingo, 29 de septiembre de 2013

Buenas noches. El manantial





Hay un lugar dentro de ti en el que confluyen tus actitudes, tus ideas, tus deseos y tus valores. Ese lugar es la mente, aunque los malabaristas del lenguaje le llaman el alma, el espíritu o algo por el estilo.

En ese lugar hay una fuente de la que manan tus palabras, tus gestos, tus sonrisas, tus actos, tus amores, tus odios y tus indiferencias.

En toda tu trayectoria hasta convertirte en un ser humano, lo único que tienes que hacer es procurar que todo lo que salga de ese manantial sea limpio, generoso, solidario, bueno y, a ser posible, bello. Buenas noches.

martes, 27 de agosto de 2013

Buenos días. Toda la vida



Hay abrazos, besos, gestos, apretones de manos, acciones, sonrisas y miradas que duran toda la vida. Buenos días.

martes, 30 de abril de 2013

Buenos días. Actitudes




Ayer tuve el mal gusto de ver y oír parte de la intervención de la ministra de Empleo en el Senado y las de los miembros de los grupos parlamentarios. Nada vamos a descubrir sobre la ineptitud de esta ministra, salvo la naturalidad con la que quiere hacernos ver que su rudimentaria, ñoña y etérea visión de la realidad es la normal y la que deberían tener todos los ciudadanos. Allá quien la crea, que ya lo pagará.

Lo que me llamó la atención fueron los gestos de los parlamentarios, las caras que mostraban cuando hablaban. Los había que leían -leían mal- con cara de estar recitando la lista de los reyes godos. No me los imaginaba resolviendo ningún problema. Los de la izquierda hablaban de lo que pasaba en la calle y reclamaban un acuerdo para intentar resolver los problemas de la sociedad. Lo hacían con un tono de preocupación que reflejaban en sus actitudes. Pero me llamó la atención, sobre todo, el rostro de una de las portavoces del PP. Parecía que su tema de análisis no eran los 6 millones de parados, sino los socialistas. Parecía que lo que no quería de ninguna de las maneras es que pudieran gobernar los socialistas, a los que descalificaba constantemente echándoles encima las culpas de todo lo que se le ocurría. Sus gestos los he visto antes en gente presa de fanatismos religiosos. Hablaba con los ojos entreabiertos, con movimientos de manos que querían mostrar superioridad, evidencia y exclusividad, con movimientos de cara que culpabilizaban de todo a unos adversarios y con un juego de labios curvos, de comisuras caídas y de arqueo en la parte superior, que lo que revelaba era odio. Estamos en manos de gente que odia a sus adversarios políticos y que es insensible al sufrimiento de los ciudadanos. ¿Qué tipo de sociedad estaremos generando para que esto ocurra y no se ponga el grito en la calle? Mi deseo para hoy es que seas consciente de esto que te digo, que intentes comprobarlo, a ver si lo corroboras o no, y que pienses también en otra cosa que sea más agradable. Que sea un buen día, dentro de lo posible y de lo imposible.