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viernes, 8 de agosto de 2014

Los viernes, etimologías. Menda, fulano, zutano



MENDA, FULANO, MENGANO...

MENDA proviene del caló. Significa YO, solo o acompañado del determinado o demostrativo. Ej.: El menda, este menda... Y, ojo, rige 3ª. persona en el verbo, ej.: Menda se va, el menda se va. O significa, acompañado del indeterminado, UNO CUALQUIERA, ej.: "Pasó por allí un menda". El cachondeo de "La venganza de don Mendo" es subido cuando va a suicidarse don Mendo y que "menda mata a Mendo...", je, je, je...

FULANO, del árabe fulán, "este hombre". Significa alguien de nombre indeterminado, a veces despectivo, y en femenino tiene la connotación de prostituta. En el siglo XIII todavía era adjetivo, fulán lugar, algún lugar.

MENGANO, del árabe man kan, "quién sea, cualquiera", que se empleaba en el lenguaje notarial para designar a alguien desconocido.

ZUTANO viene de la interjección zut, equivalente al actual chsst, empleado para llamar a alguien del que se ignora el nombre. Luego toma la misma terminación que Fulano y Mengano.
PERENGANO, de Perencejo, pronunciación descuidada de Pero Vencejo, nombre general para un segador o labrador típico. El vencejo era la ligadura de los haces de mies.


DIMINUTIVO -ULUS/ -CULUS



Hay en latín un sufijo diminutivo, -ULUS/ -CULUS, que en algunas palabras en castellano se ha lexicalizado, se ha convertido en la forma normal de la palabra, como adminículo, aurículas y ventrículos, glóbulo, artículo, versículo, músculo (de mus, ratón, músculo, ratoncito, por el movimiento que hace bajo la piel), glándula (diminutivo de glande, femenino en latín). En algunas palabras, si existen las dos, aún llegamos a captarlo como diminutivo. Es el caso de grupo - grupúsculo, parte - partícula, cuerpo - corpúsculo, circo - círculo. La evolución al castellano de ese sufijo es, fonéticamente, de culus a -ejo, de cula a -eja. Y hay palabras que han pasado al castellano, no en la forma simple, sino con el diminutivo. En latín existe ovis (oveja), diminutivo ovicula, castellano oveja. Y así de auris, auricula, oreja; de vetus, vetulus, viejo; apis, apicula, abeja; artículus evoluciona a artejos, los nudillos de los dedos; cuniculus, conejo; lenticula, lenteja... Es curioso que si ahora ponemos un sufijo diminutivo p. ej. a oveja y decimos ovejita, orejita, conejito, no nos damos cuenta de que la palabra ya traía un diminutivo y estamos poniendo otro más.