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lunes, 23 de diciembre de 2019

Buenas noches. Debilidad




Todos somos débiles. 
No asumir racionalmente nuestra propia debilidad nos hace aún más débiles. 
La humildad consiste en aceptarse tal como se es, pero el débil cree que la humildad lo va a hacer más débil, y se vuelve terco, insistente y ridículo. 
El débil cree que tiene la necesidad siempre de vencer, de llevar la razón, de sentirse superior. 
No quiere ser él, sino aparentar ser alguien superior. 
Cree que esa maniobra no se le va a notar, pero sí se le nota y cae en el ridículo. 
Los débiles buscan las apariencias porque viven de ellas. 
Se mienten a sí mismos, pero en el mundo fantástico en el que viven se sienten superiores. 
Mientras no se asuma la realidad de como se es, el camino de la debilidad va cuesta abajo. 
Buenas noches.

martes, 28 de noviembre de 2017

Buenas noches. Con/vencer



Los débiles siempre quieren vencer. 
Los fuertes desean convencer. 
Quienes no somos amantes de la guerra intentamos vivir. 

Buenas noches.

lunes, 23 de octubre de 2017

Buenas noches. Perdón




La venganza es propia de gentes débiles de carácter y de humanidad. El perdón es propio de quienes son fuertes y grandes. 

Buenas noches.

sábado, 6 de mayo de 2017

Buenos días. Osadía 106




Atrévete a distinguir al pobre del débil y al rico del fuerte. 

Hay pobres que no son nada débiles. 

Y hay, también, ricos que no son nada fuertes, salvo en su riqueza. 

Buenos días.

domingo, 18 de agosto de 2013

Buenos días. Desnudos

Quienes no le tienen miedo al qué dirán, ni son amigos de la envidia, ni suelen andar comparándose, ni odian la libertad, ni rechazan la igualdad, ni quieren ser otra cosa más que ellos mismos, sólo ellos, que son fuertes, son capaces de desnudarse el cuerpo y el alma con los demás.

Los débiles, los que se sienten inseguros, descontentos o resentidos, los que prefieren quedarse dentro y no salir a vivir, los que huyen del riesgo y se refugian en las tradiciones, los que se mueven bien entre las tristezas, los que son débiles y no son capaces de echarse a vivir, a esos les crecen en la mente como hongos el pudor, la vergüenza y el resto de trincheras que le preservan, según creen, de los peligros. Esos siempre van bien vestidos, convenientemente cubiertos de telas y de excusas, perfectamente disimulados, representando espléndidamente el papel que han elegido para ocultarse.

Esta es una opción. Buenos días.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Mirando por la ventana. La selva




En la selva el animal más débil sucumbe y muere antes que el fuerte. Pero en la ciudad, en donde no hay animales, sino seres humanos, los más débiles deberían ser protegidos y cuidados para que sus carencias no fueran un impedimento para sus vidas. Esto es lo que normalmente se pretende que ocurra, salvo cuando gobiernan los neoliberales. Entonces la ciudad se convierte otra vez en una selva.