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miércoles, 2 de junio de 2010

Panorama intelectual



Mañana es fiesta en la Comunidad de Madrid. Se “celebra” la festividad del Corpus Christi, de tan hondo significado para todos los habitantes madrileños. Hace pocos días las autoridades correspondientes no permitían a una chica marroquí ir a clase con un pañuelo en la cabeza. Incluso la máxima autoridad civil de la Comunidad se mostraba de acuerdo con tal medida. Ahora, en cambio, musulmanes, hindúes, ateos, agnósticos y gentes de cualquier religión o de ninguna tienen que “celebrar” una festividad cristiana situada en mitad de la semana y sin que ninguno de ellos sepa, posiblemente, lo que quiere decir tan, al parecer, importante conmemoración. Esto sí está justificado porque le da la gana al poder. Lo otro, no.

Ayer tuve que explicar en clase qué era el integrismo, concepto de origen católico que expresa la actitud de intentar transmitir a lo largo de la historia y sin que le afecte ningún tipo de cambio un mensaje íntegro, idéntico al original, normalmente de corte religioso. Puse como ejemplo, para que lo entendieran, la postura actual de la Iglesia católica oficial en relación con la prohibición del uso de cualquier método anticonceptivo. Tal posición la justifica la superioridad católica con argumentos de Santo Tomás de Aquino, quien en el siglo XIII ideó lo que hoy constituye la mayor parte del “pensamiento” ético católico. El sector integrista de la Iglesia intenta transmitir íntegro ese mensaje, sin que las circunstancias actuales, tan distintas de las del siglo XIII, puedan hacer cambiar dicho mensaje. Una alumna, a la que valoro mucho, pero que debe tener alguna idea intransigente en la cabeza, me echó en cara que estaba insultando a la Iglesia Católica. No es que moleste la crítica, es que ya molesta hasta la historia.

No cabe duda de que el panorama que se ve es para preocuparse.


lunes, 26 de abril de 2010

Pañuelo / 2

El uso del velo, o el no uso del mismo, es un derecho individual de una persona que lo ejerce vistiendo como le parece oportuno. Los motivos por los que decide ir con ese atuendo pertenecen al ámbito individual y sagrado de su conciencia, al igual que radica en él la razón por la que puede ponerse unos zapatos de tacón alto y horma puntiaguda que le machaquen los pies o una falda muy corta o muy larga. Lo que haga con su vestimenta es cosa suya.

Lo que no pertenece a ninguna conciencia individual es que la señora condesa que gobierna a su antojo la Comunidad de Madrid tolere y propugne que el día 3 de junio se celebre en toda la región la fiesta del Corpus Christi. Esto sí que es obsceno, porque es imponer políticamente a católicos, cristianos, musulmanes, hindúes y ateos la celebración civil de una fiesta de una religión concreta. ¿Por qué el calendario laboral tiene que estar teñido de una religión, o, incluso, de la religión en general, y la vida privada de una persona no va a poder estarlo? Y, por si no fuera poco, la señora condesa se permite el lujo de manifestar en público que ella prohibiría a las alumnas musulmanas el uso del velo en la escuela. ¿También el de las monjas? ¿Fiesta del Corpus sí y velo no? Esto se llama hipocresía. O chulería política.
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