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domingo, 24 de enero de 2021

Fiesta

 



No se trata solo de alegrarse de poder comer cada día, sino de disfrutar de cada bocado como si fuera una fiesta.




domingo, 8 de diciembre de 2019

Buenas noches. Fiesta




Mañana es fiesta en bastantes lugares. 
Es una fiesta religiosa que se ha transformado en fiesta laboral.
Es la herencia de un mundo dominado por una de las religiones, que ha impuesto sus criterios a los demás, sean miembros de esa religión o no. 
Es un ejemplo magnífico de lo que no se debe hacer. 
Hay quienes se quejan de que otras religiones intenten imponernos sus criterios sociales, pero se olvidan de que nuestro calendario y una parte de nuestras costumbres también están inspirados en una religión. 
Vive mañana a gusto la fiesta, pero no nos olvidemos de que la sociedad debería organizarse de otra manera. 
Buenas noches.

martes, 26 de diciembre de 2017

Buenos días. Salir



Si no salimos de nosotros mismos y no intentamos dar lo mejor de nosotros, no es posible la fiesta. 

Buenos días.

sábado, 16 de mayo de 2015

Buenas noches. Fiesta




Cuando yo era pequeño en los días de fiesta se comía de forma distinta, nos vestíamos de forma diferente y se hacían cosas que no se realizaban el resto de los días. 

Con el tiempo he aprendido que la fiesta consiste en vivir y en hacerlo cada día de forma que no se parezca a la del día anterior, y que hay que hacer que todos los días sean días de fiesta, de la fiesta del vivir. 

Buenas noches.

lunes, 13 de abril de 2015

domingo, 17 de agosto de 2014

sábado, 12 de julio de 2014

domingo, 25 de mayo de 2014

Hoy también hay fiesta



Ayer fue un día que empezó mal para mí y que terminó bien. Final de la Champions. El fútbol es un espectáculo enorme, aunque tenga enchochada a media humanidad, a la que hace confundir el vivir con ganar los partidos. Muchas veces el árbol del fútbol no nos deja ver el bosque de lo que realmente ocurre, a pesar de lo cual es un gran espectáculo. El de ayer fue un día de fiesta deportiva.

Vi el partido en un bar repleto de gente. Cuando llegamos, a eso de las ocho, ya no había sitio, pero, sorprendentemente, un poco antes de empezar se fueron varios asistentes, porque preferían verlo en la paz de su casa, decían. Pudimos tomar asiento y todo. Sin el menor asomo de misericordia y sin que se les pasase por la mente que además de ellos había más gente allí, se nos pusieron delante dos individuos, uno de ellos con melena, que no paraban quietos y que nos obligaban a hacer ejercicios de gimnasia sueca con el cuello. Cada gol del Madrid lo celebraba el más alto de los dos subiéndose a la banqueta y agitándose todo él hasta que la fiebre sobrevenida se le pasaba. A la derecha se colocaron dos chicas, una de cada equipo, que no paraban de hablar. Y si digo que no paraban es que no hacían ni pausas para los puntos o las comas.

Desde donde estaba no se podía ver el partido de manera que se distinguieran las tácticas que usaban, ni siquiera muchas veces quién tenía la pelota, pero había un ambiente colectivo de día de fiesta, de alborozos alternativos. Cuando al final ganó el Madrid, pusieron el himno del Atlético, el que canta Sabina, y todo el mundo se lo tomó bien, porque me pareció que nadie se molestaba demasiado por que ganase uno u otro equipo. Me dio pena la cara de los jugadores y de los seguidores del Atlético al final. Quizás no se merecieron una derrota tan abultada. Yo los llamé obreros durante el partido, porque me pareció que trabajaron mucho más que los señoritos tan bien pagados del Madrid, pero el gol de Ramos hizo mucho daño, como lo había hecho antes el de Godín. Ahí me pareció que se desfondaron y fue cuando la calidad se impuso al esfuerzo.

Al son del Viva España, la gente comenzó a bailar cuando terminó el partido y las camisetas rojiblancas empezaron a desaparecer. Nos despedimos de las chicas charlatanas y de un simpático asistente al que se le había subido a la cabeza el triunfo y la cerveza y nos fuimos yendo poco a poco.


No sé si hoy habrá personas que, llevados por la emoción de ayer, se olvidarán de que es día de votaciones y de que nos conviene votar. No hace mucho, un mal voto y una abstención extraña generaron mucho daño en la sociedad. A ver si hoy se puede remediar algo la situación y la calle se convierte en otra fiesta en la que podamos ganar todos. Porque hoy es también día de fiesta, de fiesta democrática.

jueves, 8 de mayo de 2014

Buenos días. Fiesta




Todos los días no son días de fiesta, pero vivir cada día sí debe ser una fiesta. Como se pueda, pero fiesta. Buenos días.

domingo, 23 de febrero de 2014

Buenos días. Serás feliz





Hoy es día de fiesta. Tómatelo libre. Haz lo que se te ocurra, lo que te dé la gana. Seguro que, hagas lo que hagas, intentarás actuar humanamente, generosamente, amablemente, cariñosamente y con respeto. Sin duda que eso te hará feliz. Buenos días.

martes, 24 de diciembre de 2013

Buenas noches. Noche de fiesta





Noche de fiesta porque sí para quienes no tenemos ninguna motivación religiosa. Tenemos las tradiciones metidas en la vida, aunque no queramos. No me gusta nada eso, pero creo que no hay que hacer la tontería de desperdiciar una fiesta. Reparte alegría y que seáis muy felices tú y los tuyos. Buenas noches.  

domingo, 5 de mayo de 2013

Buenas noches. Diana floreada




Esta mañana me ha despertado un soberbio concierto de los pájaros residentes en los árboles de los alrededores. Ha sido un agradabilísimo despertar que me ha recordado mi infancia. Yo nací en una ciudad marítima y militar en unos tiempos en los que los militares estaban en todo lo que se cocía. Me acuerdo de que en los días de fiesta grande una banda militar recorría la ciudad a las claras del día ejecutando lo que se llamaba una diana floreada. Consistía en una paseo de la banda tocando por las calles marchas militares y pasodobles del estilo de Soldadito español o Banderita, tú eres roja. El mensaje al ciudadano, aparte del 'Aquí estoy yo' militar, era el de que había que levantarse ya, porque aquel día era fiesta y había que disfrutarla desde bien temprano. Recuerdo que, precisamente porque eran días de fiestas, yo me solía acostar tarde y el paso de los músicos lo vivía más bien como un atentado a la intimidad. En aquellas ocasiones, a la vez que me acordaba malamente del del trombón, del de la tuba y, sobre todo, del del bombo, iba empezando a criticar las tradiciones, que, cuando no entraban dentro de una racionalidad que se pudiera compartir, me parecían aberraciones. Pero, gustara o no, la diana floreada era una invitación a la fiesta, a vivir la fiesta.

Y resulta que, con un poco de suerte, podemos disfrutar de esta diana de los pájaros, que no pían para ti ni para mí, sino para todos, que lo hacen gratis, cada día, anunciando a todos los vientos que se avecina la fiesta de la vida. La llamada de los pájaros es un recuerdo de que cada día es una fiesta, una invitación a la alegría y a la creación de un mundo bueno para todos.

Hoy seguramente ha sido una buena fiesta. Aunque esto del día de las madres tiene un origen y una pinta muy comerciales, no deja de ser una oportunidad para expresar cariño o, quizás, buenos recuerdos, de sacar afuera unas emociones que deberían vivirse con la misma intensidad todos los días del año.

Espero, sin embargo, que algo de cariño te haya quedado para repartirlo entre los demás y que, ahora que empieza la noche, puedas decir que las quieres a muchas más personas. Formemos hoy también esa alegre nube de cariño mutuo que nos reconforte y que nos haga mejores, más humanos. Cuando sientas que vas a sumergirte en el sueño, lanza un beso al aire de tu mundo y deja dispuesto el cachetito para que los que pensemos en ti te besemos. Buenas noches.