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viernes, 30 de diciembre de 2016

Los viernes, etimologías. y 144. Despedida


Tengo amigos que se declaran etimoescépticos, que piensan que saber el origen de las palabras no ayuda nada a comprender su significado, que no ayuda a nadar mejor, saber que la piscina se llama así porque tuvo pisces, peces, o que para hacer bien unos cálculos, no sirve de nada saber que cálculo significó en origen piedrecita (y todavía en el riñón, ¡qué arcaizantes son los médicos!), porque antes que con cifras se calculó con piedrecitas. Los etimoescépticos piensan que la Etimología y la Semántica están alejadas, que el origen de una palabra a veces está lejos de su significado actual. Por supuesto, en eso tienen razón.

El debate viene de lejos, está insinuado en algún Diálogo de Platón. También Cicerón se ríe de las etimologías, diciendo que "no habría ningún nombre cuya etimología no podáis averiguar claramente, con solo alterar una letra", y califica a la etimología de "un gran trabajo y en modo alguno necesario". O sea, que lo admira, pero lo considera inútil.

San Agustín o, académicamente, Agustín de Hipona, consideraba la etimología nimis curiosa et minus neccesaria, bastante curiosa y menos necesaria, o sea, poco útil. (Me parece curioso que use la palabra curiosa, yo que siempre estoy diciendo "curiosa etimología", "qué curioso", "curiosamente"...) Tanto Cicerón como Agustín se alineaban frente a los estoicos, que eran muy amigos de las etimologías, y, claro, si rechazaban esa corriente filosófica, tenían que refutarles también su "creencia" en las etimologías.
San Isidoro, o sea Isidoro de Sevilla, basa en las etimologías su gran compendio del saber medieval. Isidoro sí creía en las etimologías, a veces de forma ingenua.

En el XIX nació la etimología científica, el comparativismo, las leyes del cambio fonético, rompiendo amarras con la etimología popular. Siento reconocerlo: por la fuerte, y valiosa, educación recibida, casi siempre este es el escalón en el que yo me muevo semana a semana: diptongación, sonorización, síncopa... Tecnicismos fríos, es cierto.

De vez en cuando, algún lector de estas páginas, en sus comentarios, alude a la poesía que se descubre en una etimología sorprendente y me sacude del sueño de la etimología científica, para despertarme al mundo real de la verdad poética. La verdad poética no es menor, sino mayor que la verdad científica.

El utilitarismo, el pragmatismo son vulgares. Es cierto que el tenedor, la llave inglesa o el teléfono móvil son útiles, pero son de una categoría inferior al arte, a las joyas, a los sueños, a la poesía, al color de una puesta de sol. Eso sí que son cosas importantes. El toque mágico de las etimologías está en ese nivel superior, en descubrir que madera es materia, que cosa es causa, comprar es comparar, que pagar viene de pacare, pacificar...

Este es el verdadero valor de la etimología, el placer estético nacido de un conocimiento. Más allá de la curiosidad, más allá del pragmatismo, del utilitarismo, está el atractivo de descubrir en el origen de las palabras un aroma antiguo a lo que llama Borges el alba del lenguaje, esos colores borrosos y bellísimos del amanecer, también del amanecer de las lenguas, la referencia implícita a la perfección originaria de las lenguas. Borges es un genial obsesionado por la etimología poética, según la que bastaría explicar el origen de una palabra para comprender el concepto, porque en la palabra rosa está la rosa, y en la palabra Nilo está entero el río Nilo.

Y esto ha sido todo. Hasta aquí ha durado esta bonita aventura etimológica de 144 semanas, desde que comencé el 28 de marzo de 2014. Gracias por vuestro intenso interés, el de los poquitos que os habéis interesado, os lo agradezco de veras. Pero yo comprendo que esto interesa a muy poquitos, es normal.

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Como ya sabes, lector o lectora, estas etimologías son obra de mi amigo Bautista, un profesor de lenguas clásicas, un amante del saber y del ser humano y una persona generosa que nos ha deleitado durante mucho tiempo con sus etimologías, con sus calendarios, con sus músicas y con sus aportaciones. 

Hoy deja de publicar las etimologías y yo las voy a echar mucho de menos. Estos saberes útilmente inútiles me parece que tienen que sobrevivir, aunque sea en media docena de personas, que son las que dicen si les gustan o no, si bien yo estoy seguro de que son muchísimas más las que los leen y los disfrutan.

Quiero darte aquí las gracias, amigo Bautista, por tu aportación en todo este tiempo. Al menos yo he disfrutado con tus etimologías. Gracias. Muchas gracias. 

Y si alguna vez quieres volver, esta es tu casa.



viernes, 18 de noviembre de 2016

Los viernes, etimologías. 138. Algunas herramientas / II


Clavo

Es un cultismo relacionado con el doblete clave-llave y toda la familia del verbo latino claudere, cerrar, de donde vienen cónclave, clausura, claustro y muchísimos más. Pero clavo, y su raíz indoeuropea kleu significaba barra, gancho y hasta el garrote de Hércules era una clava. ¿Entonces, de dónde surge el significado de cerrar? Pues porque la tranca servía para cerrar la puerta y un ganchito servía en rudimentarias cerraduras para activar el cierre. Clavícula, bastoncito, conserva el significado originario de barrita. Problemas etimológicos muy complejos son los que relacionan a este clavo de clavar con la especia llamada clavo y con clavel; sería mucho lío ahora entrar en ello.

Alicates

Del árabe andalusí al-laqqát, nombre que se daba a las tenacillas del orfebre, que significa en árabe coger. No tiene nada que ver, a pesar del parecido con el nombre que se da en USA a esta herramienta, alligator, por analogía con la boca de ese caimán. Por cierto, parece que alligator es palabra de origen español, por la forma que los españoles en la colonización de Florida lo nombraban, "el lagarto".

Tenazas

Comparte raíz con tenedor. En latín tenacia podían ser hasta unas cuerdas que sujetaran algo, porque la herramienta de la que hablamos se llamaba fórceps. Tenazas deriva del adjetivo tenaz, y este a su vez del verbo teneo. Hoy tener se ha comido el campo de habere (quizás porque este se ha especializado en las formas verbales compuestas), pero en origen tener significó sujetar, sostener. Aún decimos con el motor del coche abierto: "Ten aquí" y entendemos "Sujeta aquí". La raíz primitiva significa tender, estirar, producir tensión. Esta familia léxica es impresionante: desde los derivados de tener, retener, contener, sostener, tenis y tenor..., a los de tender, extender, atender, tendón, tienda, tieso..., también tierno y tenue, lo estirado. No son de esta raíz intentar o tentación, de temptare. Pero sí desde el griego los sorprendentes hipotenusa, tétanos, peritonitis, y todos los derivados de tono: átono o barítono...

Tornillo y destornillador

La raíz indoeuropea terd1 ya es conocida nuestra, es la de torno, ese torno de alfarero que dio el pistoletazo de salida al comienzo de la civilización humana, el paso de las cavernas al Neolítico. Retorno, contorno, entorno y trastorno, tornado, tornar, turno, turismo, el Tour de Francia... Trillar y trigo arrancan de esta raíz. Y septentrión, el Norte, las siete estrellas de la Osa Menor, los siete bueyes según otros (trio en latín es buey de labranza).
El tornillo es muy antiguo, desde los egipcios y desde el famoso tornillo de Arquímedes. El destornillador o desatornillador es más moderno, se inventó en la Edad Media. En muchos países hispanos se llama desarmador.

Tuerca

El que haya sospechado que tornillo y tuerca comparten raíz, se equivoca. Cito a Coromines y yo... no digo nada, yo me mantengo al margen: "1611. Origen incierto. Probablemente alteración del más antiguo puerca, 1570, por influjo de la t- del contrapuesto tornillo. El nombre antiguo puerca se explica por una comparación fálica u obscena del tornillo y la tuerca con el puerco y su hembra". Y todos diciendo tuerca, sin saber que estamos haciendo una broma obscena. Yo creo que el origen del chiste puede estar en que el pene del cerdo tiene forma de tirabuzón. Iba a hacer una broma... si enroscará a derecha o a izquierda...
En portugués tuerca es porca, o sea el chiste en crudo... No tenemos remedio.


viernes, 11 de noviembre de 2016

Los viernes, etimologías. 137. Algunas herramientas / I


Cuchara

Originariamente fue cuchar, y cuchar sigue siendo en el habla corriente de zonas rurales del norte de Castilla y León, plural las cuchares. Del latín cochleare, palabra que se refería a la concha del caracol, proviene del griego κοχλίας (cochlías, concha). La cuchar, como el tenedor, son instrumentos muy modernos; hasta hace pocos siglos el comensal, o se llevaba la escudilla a los labios, si era líquido, o lo cogía con los dedos, si era sólido. La a final de cuchara es una vocal de apoyo, un añadido marcando el femenino, un fenómeno llamado metaplasmo (no entremos en tecnicismos, un cambio inmotivado y ya está).

Tenedor

Llegó a Europa de manos de una princesa bizantina al casarse con un Dux de Venecia en el siglo XI, y a Francia de manos de Catalina de Médici al casarse con el rey de Francia en el XVI. Hasta el XVIII y XIX no se extendió su uso. Antes fue considerado un instrumento diabólico o una cursilería frente a la naturalidad de comer con los dedos. La etimología es transparente, deriva de tener en el significado original de tenere, sostener, sujetar; no en el de poseer, que en latín es habere. Tenedor comparte raíz, como vamos a ver, con tenazas.

Cuchillo

En latín es cultellus, y es un diminutivo, que en castellano ya no lo es, aunque acabe en -illo. La evolución de lt > ch es la misma que vemos en multum > mucho o auscultare > escuchar. La raíz indoeuropea skel está en escultura, escoplo, escalpelo, escayola. A partir de la misma raíz el germánico skild, trozo, produjo en inglés shilling, chelín.

Navaja

Del latín novacula. cuchilla de afeitar. Ya en latín final evolucionó a navacula. Por etimología popular los romanos lo asociaban al verbo novare, renovar, porque el afeitado te renueva la cara. Pero el origen es oscuro, se ha postulado un verbo que significara afeitar, relacionado con otras palabras que significan cortar. Ah, en Roma el molusco llamado navaja ya se llamaba novacula, igual que la navaja instrumento. Derivado de navaja, navajero.

Tijeras

Proviene del latín tonsorias. Según Coromines la aparición de esa i irregular se debe al influjo del sinónimo cisorias (también instrumento cortante, de otra raíz, la de incisión o cesárea). Tonsorias eran las de esquilar, del verbo tondere, de donde viene tonsura. Pero si vamos a la raíz indoeuropea, comparte origen con el griego τόμος (tomos, corte) de donde proceden átomo, anatomía, masectomía o traqueotomía.

Martillo

Como cuchillo, es otro diminutivo antiguo, que ya no lo es, pero conserva la terminación en -illo, del latín martellus. La raíz indoeuropea mat es origen también de maza, machete y machacar. Esta raíz ha dado, en otras lenguas lejanas, palabras que significan arado, azadón. El instrumento más antiguo del ser humano se dice que es el hacha de sílex, una piedra tallada, atada a un palo, pero yo creo que más se parece a un martillo que a un hacha, serviría más para golpear que para cortar leña.

Punta


Viene del participio puncta del verbo latino pungere, punzar y también golpear. Es el extremo de algo puntiagudo, la punta de la lanza. La familia es enorme: punto, púa, puño, puñal, pugna, púgil, puya, puntal, puntillas, puntapié, puntada, apunte y apuntador, puntuar, apuntar, punzar. Punto tiene un uso variadísimo, desde el tenis a los signos ortográficos, el punto de inflexión y a punto de nieve. La raíz es indoeuropea, aparece también en griego: puño es πυγμή (pygmé) y de ahí pigmeo, del tamaño de un puño.

viernes, 4 de noviembre de 2016

Los viernes, etimologías. 136. Las etimologías de Juan Carlos / y IV



Sigo, y acabo, con la lista de palabras que me propuso mi amigo Juan Carlos el argentino.

BIEN

En latín clásico es bene. Bene y bonus provienen de una raíz due/duo. Está documentada en latín arcaico (esto no es hipótesis, hay alguna inscripción del s. VII a. C.) la variante duenos. Se vincula a una raíz indoeuropea que da en griego dínamis, dinamita, dinastía. De esta raíz por otros vericuetos se crean bellus, bello y beatus, feliz. Bonus viene de la raíz con sufijo dw-enos, bene de la forma adverbial dw-ene, bellus de un diminutivo del anterior dw-ene-lo-, y beatus de la raíz con otro sufijo dw-ye, que crea el verbo beo, ser feliz y su participio es beatus. Sí, es cierto, un lío.

MAL

En latín existe el adverbio male, opuesto a bene, y el adjetivo malus. Vemos male conservado en maledicencia. Tiene muchos derivados: maldito, maligno, malevo, malware, malaria... Hay una raíz indoeuropea, pero no parece que sea muy productiva. Otras lenguas habrán creado, para el mismo concepto, otros vocablos.

ESPERANZA

En latín es spes, y de él deriva el verbo spero, esperar. Y como en otros casos es normal que del verbo derive el nombre, pues el español ha creado esperanza. En la lengua actual ocurre esto a veces. De ver se crea visual, de visual visualizar, de este visualización... La creatividad de los hablantes no tiene leyes. El sufijo -anza es normal, ha creado templanza, adivinanza, enseñanza, confianza... La raíz sp- se detecta también en prosperus, y en griego ha dado el verbo σπάω (spao), que significa sacar, extender, de donde viene espasmo y spatha, que a través del latín nos llegó como espada, y espátula.

FE

En latín es fides. Hay en latín cinco declinaciones, con las cinco vocales, a e i o u. La quinta, la de la e, tenía poco rendimiento, y, al pasar al castellano, casi todas las palabras han ido a refugiarse en la a, la de rosa-rosae, la primera. Por ejemplo dies se ha convertido en día, pero algunas pocas han resistido, como especie o fe. Fides significa lealtad, confianza, lo vemos en fidelidad, fiel, confiar, confidente, perfidia (quebrantar la fides), infiel, fiar, federar, porfía. El cristianismo ha dado otro significado a fe. Hubo un antiguo afiuzar, dar confianza a alguien, que evolucionó a ahuciar, y de este viene desahuciar, que es perder la confianza el Banco en que vas a pagarle. La raíz es indoeuropea, aparece en las más alejadas lenguas.


Y, para acabar, le resumía yo a Juan Carlos que la teoría de las raíces, aun siendo una hipótesis sin posible comprobación, está tan cargada de argumentos por sabios tan cultos que es necesario aceptarla. Las raíces sufren transformaciones muy grandes por variaciones de vocales, por añadidos de sufijos, etc. Pero la Lingüística es una ciencia muy seria y no hay más que entender, aceptar y estudiar lo que los sabios nos dicen. Ejemplo: Nos dicen que reloj deriva de logos y nos quedamos perplejos, pero te explican que había un instrumento, el horo-logium, que estudiaba las horas, y que esta palabra ha ido sufriendo evoluciones, desgastes, hasta llegar a reloj, y hay que aceptarlo como algo científico. Aunque a veces hay discusiones, opiniones, y unos autores defienden una cosa y otros otra.

viernes, 28 de octubre de 2016

Los viernes, etimologías. 135. Etimologías del argentino III



Sigo con la lista de palabras que me ha pedido mi amigo Juan Carlos el argentino.

PSIQUIS O PSIQUE

Son sinónimos según el Dic. de la RAE. En inglés hay una cierta tendencia a usar psiquis, en francés psique. Es la transcripción del griego ψυχή (psiché, alma). Existía en griego un verbo, ψύχω (psicho, soplar), que identifica la vida, el espíritu con un soplo (en las lenguas latinas también usamos la metáfora de lo espiritual como un aire que se respira, spiritus tiene que ver con spirare, respirar), y mientras vivimos lo tenemos dentro, hasta el momento de la expiración, que sale, según esta metáfora, de nuestra boca.

MIEDO

Del latín metus. El castellano ha elegido esta palabra del latín, y el portugués medo, mientras el resto han elegido el latín pavor, para derivar francés peur, catalán por, italiano paura, todos femeninos. Derivados en castellano de miedo son medroso, meticuloso, amedrentar. Yo creía que metus era metátesis de timeo, pero estaba equivocado, leo que el origen del latín metus es oscuro, que no aparecen paralelos en otras lenguas.

AMOR

El sufijo es -or, y la raíz indoeuropea es amma, que sirve para llamar a la madre y está en montones de lenguas, es lo primero que un niño dice abriendo la boca y haciendo la vibración más sencilla, la vocal a, y sin cerrar la abertura hacia las fosas nasales, luego aprendemos y casi todo lo pronunciamos sin dejar salir el aire por la nariz (excepto los franceses, claro, que todo les suena nasal; es broma). Hay una etimología popular muy extendida que dice que es alfa privativa + mor de mortem. Si todo lo que acaba en mor tuviera que ver con la muerte, temor, clamor, humor, primor, rumor, tumor... (bueno, tumor sí que tiene que ver con muerte, pero no por etimología).

NECESIDAD

En latín existen necessitas, necessarius y la forma adverbial necesse que unida al verbo es muy usada, con ese significado del catalán cal, o el francés il faut. Pero necesse es un compuesto de ne + cedo. El verbo cedo significa avanzar, andar, marchar. Este verbo está en montones de palabras del castellano, ceder, cejar, cesar, cesión, proceder, procesión y proceso, interceder, suceder, acceder, secesión, retroceder, deceso... Y es una raíz indoeuropea muy productiva.

SATISFACER

Es lenguaje culto, aparece en castellano en el siglo XV. Satis es un adverbio que significa suficiente, bastante, y facere es el verbo facio, hacer. Facio pertenece al vocabulario básico, aparece en todas las lenguas indoeuropeas. En castellano creo que sí habrá cientos de palabras derivadas de facio o de su equivalente griego τίθημι (títhemi): edificio, frigorífico, fechoría, fax (de facsímil), fetichismo, oficio, chófer (de calefacere), efecto, afecto, tema, biblioteca, hipoteca, botica, sacrificar, purificar, acera, fachada, sacerdote... por citar algunas peculiares. Hay varias páginas en los diccionarios etimológicos con esta raíz.


viernes, 21 de octubre de 2016

Los viernes, etimologías. 134. Las etimologías del argentino II



Sigo con la lista de palabras que me ha pedido mi amigo Juan Carlos el argentino.

VERDAD

Es el adjetivo verus con el sufijo -itas, veritas, que en español es a veces -tad, libertad, a veces -idad, necesidad. Derivados de verus son veraz, verificar, verosímil, averiguar, veredicto. Te copio por curiosidad, para que veas el tipo de argumentaciones, un fragmento de Pokorny (un lingüista muy importante, judío, huyó de los nazis, etc.) sobre la raíz de verus, que aparece en otras lenguas:

Meaning: true, benevolent
Old Greek: ē̂ra phérẹ̄n, epì ē̂ra phérẹ̄n `jmdm. einen Gefallen tun', epí-ēro- `gefällig, angenehm, willkommen'
Slavic: *vḗrā
Latin: vērus, -a `wahr'; sevērus, -a `ernsthaft, gesetzt, streng, grausam'
Celtic: Ir fīr `wahr'; Cymr cywir `recht, treu, aufrichtig, wahr', gwir `wahr'
Russ. meaning: верный, благосклонный

MENTIRA

En latín ya está el verbo mentiri. Está relacionado con mente, mens-mentis. La raíz men- está vinculada a montones de vocablos que todos aluden a estados de la mente o pensamiento, con e la raíz se presenta como men-, con o como mon-, y en grado cero como mn-. Mente, demente, vehemente, mentecato, todos los adverbios en -mente, reminiscencia, mención, mencionar, moneda, mostrar, demostrar y monstruo, todos son de la misma raíz, y otros muchísimos más. ¿Cómo pudo llegar mentir - estado de la mente a significar mentir - decir lo contrario a la verdad? Imaginemos. Primero, mentir significaría la fantasía mental que alguien tiene, unas veces verdad y otras mentira; después pasa a significar uno de los dos lados de la balanza, solo cuando es mentira. Esto es posible, no sabemos si ocurrió así. Un ejemplo para entenderlo: suerte es el azar, bueno o malo, buena suerte o mala suerte, pero a partir de un momento empieza a significar solo buena, cuando decimos: Suerte, estamos deseando buena suerte.

ERROR

En latín ya es error-erroris, nombre formado a partir del verbo erro, vagar, andar sin destino claro, o sea, ir perdido. Así que errar da dos campos hermanos, el de errante, errático, aberrante (ir perdido), y el de yerro, erróneo, errata (estar equivocado). La raíz la comparte el latín con muchas lenguas indoeuropas.

FALSEDAD

Falso con el sufijo -dad/tad. Falsus es el participio del verbo fallo, fallar. De aquí nacen falta, fallo, falacia, fallecer, infalible... Leo que no se ha encontrado raíz indoeuropea. Eso significa tres posibilidades: 1 que hubo raíz indoeuropea, pero no se detecta o está medio perdida, 2 que sea innovación del latín, 3 que sea préstamo de una lengua no indoeuropea cercana al latín ¿Pero el inglés fail, false? Seguramente son préstamos del francés, como muchísimas otras palabras inglesas.