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martes, 18 de octubre de 2022

Su cárcel

 


Pasaron los años. Un día se dio cuenta de que había estado siendo engañado desde el principio. El partido que le interesaba -porque le habían enseñado a odiar a los otros- le había estado ocultando la realidad y, en su lugar, le había mostrado unas milongas inventadas, unas mentiras fabricadas en beneficio exclusivo de los dirigentes del propio partido. Le habían estado utilizando a través de la televisión, de casi toda la prensa y de casi toda la radio, como quien utiliza una herramienta o adoctrina a un esclavo. Él había aceptado porque, en su ignorancia, se había creído que los adversarios -que el veía como enemigos-, en lugar de mejorar sus condiciones de vida, que era lo que hacían, le iban a traer todas las desgracias posibles. Cuando cayó en la cuenta de que había sido un don nadie en manos de los ricos que dirigían la operación, entró en escena su orgullo y se negó a reconocerlo. En lugar de buscar información sana y ajustada a los hechos, comenzó a mirar para otro lado y a decir que total todos eran iguales, aunque él ya sabía que no era así. La tristeza se apoderó de sus días y la soledad lo encerró en su propia cárcel.

viernes, 26 de marzo de 2021

Sal de la cárcel




 El odio es un arma de destrucción masiva. El odio destruye la sociedad y a las personas. La maldad del odio se advierte en la cara de quien odia, en sus gestos, en sus palabras, en su mirada. Es imposible establecer relaciones constructivas, humanas, felices con quien odia. Quienes odian terminan odiándose entre sí. Los creyentes que odian se van a condenar. Los no creyentes que odian nos van a condenar a los demás. Nadie que merezca la pena reconocerá nunca una virtud en quienes odian, porque el odio es como un tinte indeleble que mancha todos los actos de la persona que odia. Si odias, sal del odio. El odio es como una cárcel que encierra tu vida. Sal de la cárcel. No merece la pena vivir así.

domingo, 18 de mayo de 2014

Cristina del Valle: Voces de cárcel y libertad



¿Para qué sirve una cárcel? ¿Cómo se genera un delincuente? ¿Es posible la reinserción? ¿Es la cárcel un lugar en donde la humanidad se pierde? La cárcel ¿es un mero almacén? 

Te invito a leer este interesantísimo artículo de Cristina del Valle titulado 'Voces de cárcel y libertad'.

miércoles, 30 de julio de 2008

No justicia

Rafael Ricardi Robles tiene 48 años. Desde hace 13, cuando contaba con 35, ha vivido en la cárcel, condenado erróneamente por un delito de violación que no cometió.

Hace 8 años, un informe del ADN encontrado en la investigación sobre la violación descartó que él fuera el autor de la misma, pero nadie hizo nada por salvarlo, hasta que identificaron a F.P. y J.B. como los autores del delito.

Mientras tanto, tuvo que asumir su culpabilidad para poder acogerse a los beneficios penitenciarios, tuvo que sufrir la pérdida de la pensión que cobraba por una lesión que le había producido un accidente de moto en su juventud, tuvo que perder la niñez y la juventud de sus dos hijos, tuvo que soportar, siendo inocente, los códigos de conducta que rigen en las cárceles para los violadores y tuvo que perder 13 años de su vida.

Ahora, en libertad condicional, dice que cree en la justicia y que sigue creyendo en Dios. Es curioso que su fe religiosa admitida desde siempre ayudara a su condena, pues, al parecer, uno de los verdaderos autores hablaba de Dios antes de cometer el delito. Reconoce que la mujer violada es una víctima, pero que él también lo es. Está asustado con el revuelo mediático que se ha originado a su alrededor y afirma que tanto él como su familia lo han pasado muy mal, pero que él sabía que algún día su caso se solucionaría.

Su hija, Macarena, intenta hacer con su padre lo que él no pudo hacer con ella: enseñarle las cosas buenas de la vida, ante las que su padre se queda con frecuencia alucinado. Con su padre en la calle, dice que “podemos ir todos con la cabeza bien alta. Lo he pasado mal, siempre como la hija de …”.

Rafael Ricardo Robles tiene una espina clavada: “Duele y jode que nadie te haya pedido aún perdón después de tantos años”.

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