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jueves, 25 de septiembre de 2014

lunes, 8 de septiembre de 2014

Buenas noches. Los maleducados y 4



Los maleducados dicen que las mujeres son seres respetables, pero las consideran como destinadas a mostrarles a ellos siempre la belleza, a estar a su servicio y a obedecer sus órdenes.

Los maleducados creen estar en posesión siempre de la verdad, pero no son más que unos catetos sin mucho arreglo, que van mostrando su ignorancia como si fuera el ideal de la humanidad.

Los maleducados están mal educados porque nunca entendieron lo que significa un ser humano.

Buenas noches.

Buenas noches. Los maleducados 3



Los maleducados creen tener una fina sensibilidad y una vasta cultura y se permiten el lujo de organizar la cultura, pero la destrozan, la maltratan y pretenden su desaparición, porque no son capaces de ver más que tradiciones viejas y sin sentido humano ni actual.

Los maleducados hablan a veces de igualdad, pero viven de la desigualdad.

Los maleducados lo ignoran casi todo sobre el sexo como un elemento humano, pero se empecinan en imponer sus prejuicios a las demás personas.

Buenas noches.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Buenas noches. Los maleducados 2



Los maleducados imparten doctrina allá por donde van, pero no entienden, ni les interesa hacerlo, que una cosa es la ciencia, que se basa en el buen uso de la razón, y otra la religión, que se fundamenta en una fe, en una creencia.

Los maleducados hablan de libertad, pero sólo toleran que sean libres los que tienen capacidad económica para ello.

Los maleducados se presentan siempre como ejemplos de humanidad, pero educan a sus hijos en colegios tendenciosos, en donde no se puede hablar de lo que existe, sino de un mundo imaginario en el que los alumnos terminan odiando la realidad.

Buenas noches.

viernes, 22 de agosto de 2014

viernes, 10 de enero de 2014

Buenas noches. Amor y belleza





Amar (o querer, que es lo mismo) es dar, es un movimiento de entrega, de generosidad, que sale de uno y se dirige a la persona amada. Consiste en intentar que la vida de la persona amada sea mejor, en procurar ayudarla y en hacer lo posible por conseguir lo que ella necesita para que pueda vivir su propia vida. Es como una flecha que se origina en la persona que ama y que se encamina hacia la persona a la que se quiere para que disfrute ella con la acción del amante.

Cuando yo observo algo bello, por ejemplo, un paisaje, un cuadro o, incluso, cuando se trata del cuerpo bello de un ser humano, lo que yo hago es admirarlo con respeto, disfrutar de sus características, gozar de su belleza como un regalo de la vida. En este caso es como si de ese objeto saliera una flecha que se dirigiera hacía mí para que sea yo quien pueda disfrutar con su belleza.

¿Cómo podría yo amar la belleza? A mí me resulta imposible, porque no sabría cómo hacerlo. ¿Qué le puedo dar yo a la belleza? ¿Cómo ayudar a la belleza? La belleza no creo que esté para amarla, sino para admirarla con el debido respeto. La flecha del amor y la flecha de la belleza discurren en sentidos contrarios, porque responden a actitudes distintas.

Esto que digo no me parece, ni mucho menos, una ocurrencia más o menos teórica, sino que creo que es una enorme fuente de posibles problemas humanos derivados de la confusión entre la actitud estética y la actitud amorosa. Yo conozco muchos casos de personas que se han dejado llevar por la belleza de ojos, tetas, culos, longitudes y volúmenes, y a esa admiración lógica que han sentido le han llamado amor. Creo que este es el origen de esa horrible manía de tratar a ciertas personas como cosas que están a mi servicio y a las que digo, no se sabe por qué, que las amo. ¡Cuántas parejas se han formado así! ¡Cuánto sufrimiento ha generado esta confusión entre la estética y el amor! ¿A dónde se ha ido ese supuesto amor cuando la estética ha cambiado?

La estética no es amor, sino, más bien, lo contrario. Si lo que yo quisiera fuera la belleza de una persona y sólo su belleza, la estaría tratando como una cosa, como una fuente de deleite y de placer, como algo de lo que uno podría aprovecharse. Y necesitaría que estuviera siempre en 'estado de belleza', porque es lo que me atrae de ella. Supongo que tendrás claro de lo que estoy hablando.

Es normal que la belleza atraiga, y esa atracción podrá o no estar acompañada de amor, pero lo que no es válido es confundir una cosa con la otra, porque no tienen nada que ver. Se ama a la persona y se admira respetuosamente su belleza, pero no se ama su belleza. Buenas noches.