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sábado, 16 de enero de 2021

Nacionalismos


Foto de David Expósito publicada en El País.


 Los nacionalismos, los de amplio alcance y los más pequeños, incluidos los localismos, los que necesitan expresarse con banderas para hacerse notar, juegan con la exaltación de los sentimientos para anular la racionalidad. No promueven tanto ideas, como emociones, con lo que la manipulación de las voluntades se hace más fácil. Y si al ser humano se le sustrae su racionalidad, es como si su humanidad quedara reducida a su mínima expresión. Cada vez que en la actualidad veo el uso de una bandera sin venir a cuento, pongo a buen recaudo la cartera y la mente.

lunes, 28 de septiembre de 2020

Dicho en el pasado. Banderas



28 de septiembre de 2017 

Creo que las banderas expresan y despiertan emociones y sentimientos, pero no muestran ningún argumento. Nos estamos acostumbrando peligrosamente a hablar y a vivir sin argumentos. Cada vez me gustan menos las banderas.

sábado, 13 de julio de 2019

Buenas noches. Banderas




Cuanto más alta y más grande sea la bandera, más lejos queda de la realidad concreta del ciudadano. 

Buenas noches.


miércoles, 6 de febrero de 2019

Buenas noches. Metáfora





Dentro de un rato probablemente se pare la vida y los ciudadanos acudan en masa a situarse delante del televisor. Presenciarán uno de los múltiples acontecimientos únicos del siglo: el partido de fútbol entre el Barcelona y el Madrid. Sin duda, es una buena ocasión para ver un ejemplo de estrategia, de técnica, de arte colectivo y efímero, de generación de belleza para quien sepa disfrutar con ella. 

Pero sospecho que pronto aparecerán las banderas, las de tela y las mentales, y toda la belleza que surja en el campo de fútbol será emocionalmente sustituida por el deseo de ganar, por la necesidad vital de que venza mi equipo sobre el adversario, que, una vez más, se habrá convertido en el enemigo. En este país nos estamos acostumbrando con mucha facilidad a destrozar la estética para que aparezca la indispensable victoria de los nuestros. Los otros son necesarios para que haya partido, pero lo importante, lo imprescindible es que ganen los míos, aunque sea de penalty injusto en el último minuto. 

Esta noche veremos casi todos por televisión una metáfora de lo que es España. 

Buenas noches.

martes, 5 de junio de 2018

Buenas noches. Manejos




Hay mucho interés por que muera la razón. Cualquier ocasión en la que se pueda pensar o argumentar es eliminada por los poderosos y por los ricos, no sea que se genere alguna idea peligrosa para ellos. En su lugar nos van inoculando elementos irracionales con el propósito de que vayan llenando nuestras mentes y nos entontezcan todo lo posible. El fútbol ha sido convertido en una excusa para que el ciudadano se sienta realizado cuando gana su equipo, y para que se entrene en el odio al adversario cuando pierda. Las banderas, los nacionalismos, los himnos y todos los símbolos emocionales nos separan de los otros. Los sentimientos van ganando terreno. Hace poco celebraban el éxito de un equipo de fútbol con un lema terrible: 'El triunfo de un sentimiento'. Muera la razón. Adelante con lo irracional hacia la selva. A menos que esto cambie...

Buenas noches.

jueves, 14 de diciembre de 2017

Buenas noches. Banderas




La salvación de este mundo cruel consistiría en que nos uniésemos todos en favor de todos. Por eso las banderas, que identifican a unos y los diferencian de todos los demás, son símbolos egoístas, empobrecedores, reaccionarios, que persiguen básicamente mantener las diferencias. Habría que guardar las banderas. 

Buenas noches.

sábado, 28 de octubre de 2017

Buenas noches. Emociones



Hay aficionados al fútbol a quienes, en realidad, no les gusta el fútbol, sino que gane su equipo. Por eso van al estadio o al campo cubiertos de bufandas, camisetas y banderas que los identifiquen con quienes 'sienten' los colores de ese equipo. Se trata, fundamentalmente, de sentir, porque si su gozo fuera algo más racional, serían capaces de vibrar, por ejemplo, unas veces con la calidad del juego del Madrid y otras, con la que genera el del Barça, y no suele darse ese caso. Es una fuerte experiencia emocional la que desean tener.

Lo mismo ocurre cuando en el teatro o en el cine nos identificamos con un personaje determinado. Si este personaje sufre, lloramos con él; si tiene una gran alegría, nos alegramos con él. En ambos casos cedemos nuestra propia vida al personaje, que se apodera de nuestro corazón y hace que, aunque no lo deseemos, nos embarquemos emotivamente en un mundo que no es el estrictamente nuestro. Tanto en el fútbol como en el cine, cuando estamos tan identificados con el personaje o con el equipo, no estamos en situación de reflexionar, sino de sentir, de emocionarnos.

Cuando hacemos uso de una bandera nos situamos en una posición similar. Nuestro razonamiento queda en suspenso y nos sumergimos en el mundo exclusivo de los sentimientos y de las emociones. Queremos, entonces, que venza lo que nuestra bandera representa y que lo que las otras banderas simbolizan quede vencido. Tienen mucho más sentido las banderas en un mundo militar que en uno civil. A mí me parece que sería deseable que fuéramos capaces de pensar y de emocionarnos, pero sin banderas. 

Buenas noches.

viernes, 27 de octubre de 2017

Sin banderas, por favor



Hay un movimiento para llenar Whatsapp de banderas de España. Me parece un enorme error. Las banderas van siempre contra otras banderas. Hay que buscar lo que una, no lo que nos enfrente. Seamos sensatos y dejemos las banderas en las tiendas de los chinos. Dialoguemos todos, creemos todos, transijamos todos, comprendamos a todos, pensemos con grandeza todos, pero sin banderas. Las banderas no dejan pensar a los abanderados.

domingo, 15 de octubre de 2017

Buenas noches. Todos




Las banderas nos dicen a favor de quiénes estamos y en contra de quiénes luchamos. Creo que lo que se necesitan son personas que estén a favor de todos y que no vayan contra nadie. Quizá lo que se necesiten sean personas sin banderas. 

Buenas noches.

sábado, 30 de septiembre de 2017

Buenas noches. Argumentos



Hay momentos en los que, en lugar de sacar las banderas, que expresan sentimientos y emociones y se dirigen a ellos, habría que buscar buenos argumentos y sentarse a discutirlos, que es lo propiamente humano. Pero para eso hay que querer. 

Buenas noches.


lunes, 25 de septiembre de 2017

Banderas, cagadas y árboles.




Aunque parezca raro, hay españoles que creen que la bandera rojo y gualda es la propia de la selección de fútbol, pero que no tiene nada que ver con la de la nación española, porque son cosas distintas que no tienen ninguna relación. Mil de estas banderas las va a repartir el ínclito alcalde de Alcorcón, del PP, entre los vecinos, para celebrar el próximo día de la Hispanidad y, de paso, defender la unidad de España. Muy oportuno, sin duda, el gesto patriótico del señor alcalde.

No sé cuánto se habrá gastado el señor alcalde de Alcorcón en comprar esas banderas, pero en donde se gasta muy poco dinero este afamado regidor es en podar los árboles de una ciudad que es una de las que más zonas verdes tiene en España. Algunos de ellos hace muchos años que no se podan. No sé si esto incidirá en la salud de los mismos, pero sí está comprobado que trae consecuencias para los ciudadanos. Por ejemplo, hay ramas bajas que han crecido lo que han querido, que están vencidas por su propio peso y que molestan a los viandantes cuando van por las aceras, porque tienen que agachar la cabeza para pasar, a la vez que se acuerdan en arameo del citado señor alcalde. O, también, la invasión sobrevenida de pájaros en la ciudad. Me refiero a los pájaros que vuelan y que han visto que la mayoría de las ramas de los árboles son estables, por lo que han instalado en ella sus nidos y sus aposentos. Desde ellos, arrojan sin piedad sus múltiples deposiciones sobre los votantes del PP que pasan por debajo, pero también sobre los de Ciudadanos, que apoyan la inefable gestión del alcalde, y sobre los partidarios del resto de partidos, que están hartos del citado edil. Incluso deponen sobre quienes no votan, como si quisieran intentar despertarles de su letargo. Afortunadamente, la mayoría de los pájaros no acierta en su tiro, pero los restos de la operación quedan en las calles expuestos a las pisadas de los ciudadanos, que se llevan luego a su casa una buena colección de bacterias adosadas a sus zapatos. Y así hasta que llueva fuerte, claro, porque el preclaro señor alcalde limpia muy poco la ciudad, como si él no paseara por ella o como si no le molestara la suciedad.

Ahora al señor alcalde parece que le han dado unas ínfulas, o, quizá, tenga que hacer méritos patrióticos ante alguien, o quiere que sus partidarios olviden sus inclinaciones bajo los árboles o las cagadas rozándoles la nariz, y se dedica a gastar el dinero público en banderas. Una bandera es un símbolo y los símbolos son importantes en todas las sociedades, sobre todo los que promueven la unión y no van contra nadie. Pero me parece que un buen gestor público, antes de gastarse el dinero del pueblo en símbolos, tiene que atender a las necesidades reales y básicas de la ciudadanía. Hablo, por ejemplo, de los árboles, de los pájaros y de la limpieza, como podría hablar de la recogida de la basura, de la cultura, de las infracciones de tráfico sin controlar o del número de sus cargos de confianza. Ya era bastante conocido el señor alcalde por su muy personal concepto de lo que es la democracia, por el poco respeto con que trata a las feministas -seguramente cree que sólo las mujeres pueden ser feministas-, por su irrespetuoso trato a la oposición, por su colaboración con la ultracatólica Fundación Educatio Servanda o por su aversión a todo lo que suene a LGTBI. Durante la última semana del Orgullo Gay se negó a colgar la bandera multicolor en el balcón del Ayuntamiento, pero ahora quiere pasar a la historia, no como quien cuidó con mimo su ciudad, sino como quien regaló banderas de las que le gustan a él. Tengo la impresión de que nos trata como si fuéramos tontos.


lunes, 15 de agosto de 2016

Buenas noches. Vientos


¿Qué sería de nosotros sin las iglesias o sin las banderas?

¿Cómo sabríamos de dónde vienen los vientos?

Buenas noches.