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jueves, 25 de mayo de 2023

Votas a...




Amas a quien admiras.

Admiras a la persona en la que descubres valores que merece la pena adoptar, a quien es capaz de ver más allá de los límites de su tribu y solidarizarse con los problemas que sufren otros, a quien crea paz y no problemas, a quien se pronuncia con justicia, a quien hace gala de una formación humana capaz de crear un mundo bueno para todos, a quien no suele decir disparates, y, si los dice, rápidamente pide disculpas, a quien no se mueve por caprichos, ni por ocurrencias ni por intereses particulares, sino por argumentos racionales que cualquier persona con buena voluntad podría entender y aceptar, a quien muestra una mente limpia de odios, a quien respeta la vida de los demás y procura que sea una vida buena, a quien no actúa para ser admirado, sino porque cree racional y emocionalmente que debe actuar así.

Votas a quien admiras.

viernes, 26 de julio de 2019

Buenas noches. Mente




Cuando alguien, en lugar de tener una lógica admiración por el sabio, lo que siente es miedo o rechazo, es que su mente no le funciona demasiado bien. 

Buenas noches.

domingo, 18 de marzo de 2018

Buenos días. Envidia


Si sientes envidia ante alguien, es que lo consideras superior a ti. 

Cambia rápidamente la envidia por la admiración. 

Buenos días.



lunes, 21 de noviembre de 2016

Buenas noches. Culto



¿Dónde está el límite entre la admiración y el culto? Alguien puede tener una experiencia religiosa, aceptar la realidad de un ser superior y, como consecuencia de esa superioridad, rendirle culto. Yo no estoy cerca de esa experiencia, pero entiendo que pueda darse. Lo que no acabo de entender es que ese culto se establezca entre seres humanos. Ningún exceso de debilidad o de admiración justifica, creo yo, ese culto de feligrés devoto que a veces observo en la vida diaria. No me parece sano. 

Buenas noches.

domingo, 6 de octubre de 2013

Buenas noches. Amigas





Son todas amigas. Unas han tenido que acostumbrarse, a su pesar, a convivir con la enfermedad y con el dolor. Otra ha tenido que hacerlo con una situación laboral difícil y en muchos aspectos adversa. Las admiro. Las admiro profundamente. A veces podemos elegir lo que queremos hacer en la vida, pero casi nunca podemos hacerlo con lo que la vida quiere hacer con nosotros. Y acostumbrarse a la fatalidad con entereza es propio sólo de personas grandes y generosas, que saben encontrar y valorar en la vida cosas, personas y circunstancias que están por encima de su propia adversidad.

Estas situaciones a mí me generan una situación de profunda impotencia, aunque seguramente no tan grande como la que puedan sentir estas mismas personas. En todo caso, no me dan ninguna pena. La pena se siente cuando alguien no puede reaccionar ante la adversidad o no es capaz de sobrellevarla. No es ese el sentimiento que despiertan en mí, sino, más bien, una fuerte reacción de solidaridad, de estar con ellas aunque yo no pueda hacer nada, de disponibilidad por si acaso, de compañerismo en la lucha por la vida, en donde cada cual tiene su propia batalla, y también de cariño. La valía personal no la rompe el dolor. Mi admiración por ellas me lleva a quererlas. No hablo de meros sentimientos, que también, sino de querer que estén en mi mundo, de intentar cuidarlas en la medida de lo posible, de procurar mimar sus estados de ánimo, de intentar reconfortar un poco sus vidas.

Sabéis que os quiero. Buenas noches.