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martes, 15 de enero de 2013

Lo que no entenderá Güemes




He oído decir al Sr. Güemes, cuando ha hablado de que dejaba su puesto en el Consejo de Unilabs, que creía haber perdido algo de libertad en la defensa de sus ideas y de sus profundas convicciones. Yo creo que esto lo ha aprendido -si es que lo ha aprendido- el Sr. Güemes, a la fuerza, porque no ha tenido más remedio o porque ha sido obligado desde algún foco de poder político o empresarial. En todo caso, parece que esto lo dice el Sr. Güemes porque para él el valor supremo -y, quién sabe, si único- es el de la libertad, entendida como una capacidad individual de hacer lo que le dé la gana, sin mirar las consecuencias para los demás ni, por lo que se ve, para él mismo. Lo que le faltaría al Sr. Güemes por aprender es que en muchas ocasiones hay que renunciar a algo de su adorada libertad porque, por encima de ella, están la igualdad y la justicia, por encima de su excelsa persona está la colectividad, y por encima de la política y del dinero, está la ética. Pero dudo mucho de que el Sr. Güemes sea capaz de entender estas cosas, porque es como si perteneciesen a un idioma que no hubiera hablado jamás.

viernes, 11 de enero de 2013

Güemes y la estética




Hoy ha saltado la noticia del tipo del PP, Güemes, que se lo ha montado divinamente para enriquecerse con un servicio que debería ser, como lo era, público. Lo ha anunciado la SER y también lo ha comentado. Pero yo me he quedado de piedra cuando una comentarista esta mañana ha dicho, sin que nadie le objetara nada, que el asunto era legal, pero que “estéticamente” a ella no le parecía bien. Y lo repitió: “estéticamente”. Este tema es impresentable, pero desde el punto de vista de la ética, no de la estética. Y hay que hablar claro para no confundir más a la ciudadanía. Estos tipos son unos golfos porque carecen de la mínima ética racional y democrática. Usan lo que sea y como sea para conseguir beneficios y se quedan tan tranquilos. Eso es un muy serio problema ético. ¿A qué viene aquí meter aquí la estética, como si esta maniobra fuese sólo “fea” y no una inmoralidad? Vamos muy mal.