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jueves, 15 de noviembre de 2018

Buenas noches. Día de las librerías



Mañana es el Día de las Librerías. Es un día que tiene un componente comercial, como es lógico. Por eso es posible que hagan descuentos en los libros que se compren mañana en ellas. Pero también tiene un componente más simbólico y menos material. La lamentable ideología que nos domina -el degradante neoliberalismo- defiende y practica el lema cruel de que 'Todo vale'. Esto equivale a decir que todo es lo mismo, que todo tiene el mismo valor y que todos los lugares tienen la misma importancia. Por eso no tienen inconveniente en derribar palacios para hacer centros comerciales.


Pero no todo vale igual, porque no todo es igual. Hay lugares que, por la función que desempeñan y por lo que significan, son diferentes. Ante ellos hay que aprender a sentir un respeto exquisito y un cariño reverencial, porque, sin ellos, una vida humana buena no sería posible. Me refiero, por ejemplo, a los teatros -en donde la reflexión sobre la vida nos hace crecer como personas-, a los museos -en donde la cultura se nos ofrece para que podamos dialogar y gozar con ella- o a los edificios que revelan una arquitectura de calidad. Y también a las librerías. Son templos de la cultura, depósitos de sabiduría, espacios a los que recurrimos cuando queremos conocer otras ideas, otros mundos, otras vidas. Una de las grandes fuentes de placer es, para mí, visitar una librería, ver los libros, pedir consejo al librero, descubrir lo que otros nos dicen de la vida, disfrutar con la promesa de la belleza del pensamiento, del arte o de la ficción.
Me gustaría provocar hoy en todos nosotros una idea de reconocimiento y de respeto hacia el valor cultural y vital de las librerías. A mí me parece claro que el bien y la belleza habitan en ellas.

Buenas noches

viernes, 10 de noviembre de 2017

Día de las Librerías



Hoy es el Día de las Librerías. Es un día que tiene un componente comercial, como es lógico. Por eso hacen descuentos en los libros que se compren hoy en ellas. Pero también tiene un componente más simbólico y menos material. La lamentable ideología que nos domina -el degradante neoliberalismo- defiende y practica el lema cruel de que 'Todo vale'. Esto equivale a decir que todo es lo mismo, que todo tiene el mismo valor y que todos los lugares tienen la misma importancia. Por eso no tienen inconveniente en derribar palacios para hacer centros comerciales.

Pero no todo vale igual porque no todo es igual. Hay lugares que, por la función que desempeñan y por lo que significan, son diferentes. Ante ellos hay que aprender a sentir un respeto exquisito y un cariño reverencial, porque, sin ellos, una vida humana buena no sería posible. Me refiero a los teatros -en donde la reflexión sobre la vida nos hace crecer como personas-, a los museos -en donde la cultura se nos ofrece para que podamos dialogar y gozar con ella- o a los edificios que revelan una arquitectura de calidad. Y también a las librerías. Son templos de la cultura, depósitos de sabiduría, espacios a los que recurrimos cuando queremos conocer otras ideas, otros mundos, otras vidas. Una de las grandes fuentes de placer es visitar una librería, ver los libros, pedir consejo al librero, descubrir lo que otros nos dicen de la vida, disfrutar con la belleza del pensamiento, del arte o de la ficción.


Me gustaría provocar hoy en todos nosotros una idea de reconocimiento y de respeto hacia el valor humano y vital de las librerías. A mí me parece claro que el bien y la belleza habitan en ellas.