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miércoles, 31 de diciembre de 2008

Se va 2008


Se acaba 2008. Las luces de fiesta de la ciudad, la melosidad tan hueca de las palabras y el dulzor que pide siempre uno más de los pestiños no me hacen olvidar que el mundo está hecho una mierda. Basta con mirar a Gaza. Y quizás no haya que ir tan lejos.


Sin embargo, si pudiera separarme yo del mundo, podría decir que 2008 ha sido un año bueno. Me encontré con este blog huyendo de líos sin futuro y buscando refugio en el que estar y en el que ser. Me encontré en mi blog conmigo mismo, con mi parte escondida a mí mismo, y me sentí bien porque me descubrí con ganas de vivir y dispuesto a hacerlo. Y encontré también a mucha gente de valía. De algunos y de algunas no sé sus nombres, pero si siguen visitándome e insisten, será porque son pacientes o porque disfrutan con algo de lo que encuentran aquí. También tengo aquí a amigos y a amigas. Tú, Iago, fuiste el primero en entrar. Estabas avisado porque yo también entraba en el tuyo. Detrás viniste tú, Almu, tan buena escritora y con tantas ganas de ser persona. Te echo de menos. Tú apareciste, David, con tu blog lleno de sorpresas de calidad y lo has ido completando hasta lograr la filmoteca que alberga actualmente. Poco a poco fueron llegando los demás. A ti, Charo, no recueredo cómo te encontré, pero me pareció pronto que tu blog tenía vida, toda la que tú le dabas. También estaba al principio Andy, pero hoy no sé dónde estará. Tú, Patricia, entraste más tarde, porque estuviste todo el verano liada, y yo te echaba en falta porque sabía un poco cómo eras tú. Hoy no sé a cuál ir primero, si a tu blog o al mío. Y Mr. Bogart, tan buen escritor y tan sugerente. Y Laura, que habrá lanzado millones de besos desde aquí. Y Paloma, que interviene menos de lo que podría. Y Ángela, a la que saqué de su anonimato y lo entendió más tarde, cuando un pobre anónimo me puso a parir y salió Iago hecho un jabato a defenderme. Y Eva, que me manda cositas de vez en cuando y que se brinda para paliar mi despojamiento. Y a Naíma, a la que tengo que recuperar. Y quiero citar también aquí a Mamen. No me enseñó a hacer un blog, pero sí aprendí con ella todo lo necesario para hacerlo y muchísimos actos y actitudes para ser buen profesor. ¡Cuánto se aprende contemplándote, Mamen! Y seguramente que, sin querer y con las prisas, me dejaré a alguien en la yema de los dedos.


Todos vosotros habéis hecho que 2008 haya sido un año que recordaré de manera agradable y que me va a permitir esperar que 2009 vaya en la misma línea. Por eso os quiero dar a todos las gracias. Y ya sabéis lo que quiero decir con eso. Ojalá la vida sea generosa con vosotros y os trate tan bien como me habéis tratado a mí.


Un abrazo muy fuerte para cada uno de vosotros. Esta es vuestra Casa L.