miércoles, 12 de noviembre de 2014

Lo que veo cuando miro. Hay que reaccionar




En principio, es más probable que un rico esté corrupto que lo esté un pobre. Lo mismo ocurre con un poderoso respecto de alguien que no posee poder. Que haya personas que, por encima de todo, quieran enriquecerse a toda costa y de cualquier manera es una desviación humana muy lamentable que hay que perseguir y anular. Lo que me preocupa es la situación actual, en la que la corrupción surge en un número tan elevado de personas que parece que en determinados ámbitos es difícil que se salve alguien. Y me preocupa más que la corrupción llegue a afectar a estructuras importantes del país; que, además de las personas, los órganos que tienen algún poder en el país estén corruptos. Y lo que más me preocupa de todo es que ese modelo de vida corrupta se extienda como una mancha de aceite entre los ciudadanos, que la corrupción se vea como lo normal, que llegue a haber grandes grupos de personas que no sospechen otro modelo de vida que el de la corrupción. La corrupción embrutece hasta límites insospechados y puede llegar a cotas de crueldad impensables. Creo que vamos por ese camino a gran velocidad. Si no reaccionamos pronto, lo que está en peligro es nuestra tranquilidad, nuestra seguridad, nuestra dignidad y nuestra propia vida. La de todos.

Buenas tardes.

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