sábado, 12 de octubre de 2013

Buenas noches. Enseñar y aprender





No puede haber una política buena y sana sin que lleve consigo una pedagogía. El político tiene que explicarle racionalmente al pueblo lo que hace, por qué lo hace y cuáles van a ser las consecuencias, tanto si se hace, como si no se hace aquello de lo que se trate. A la vez, el político tiene que estar abierto y escuchar lo que le dice el pueblo, tiene que establecer cauces de diálogo y de comunicación para no quedarse al margen de la sociedad que lo vota, porque si eso ocurriera, podría llevarle, incluso, a tomar medidas en contra del pueblo. No debería haber política sin un mecanismo eficaz de enseñanza y de aprendizaje entre el político y el pueblo.

Lo mismo ocurre en la vida cotidiana de las personas. Deberíamos mostrar con claridad y con nobleza a nuestra pareja, a nuestras amistades, a las personas con las que trabajamos y a todas aquellas con las que vivimos cuáles son nuestros valores, nuestros criterios, nuestras dudas, nuestras convicciones y todo aquello que pueda haber en nosotros y que pueda ser valioso para los demás. Y deberíamos también aprender de todas estas personas lo que pudiera servirnos para vivir mejor, más humanamente.

La vida buena es siempre una vida joven, en la que no hay nada definitivo, sino que todo está sujeto al aprendizaje mutuo y al diálogo. Buenas noches.

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