sábado, 13 de julio de 2013

Buenas noches. Uso privado de lo público





Magnífico ejemplo de uso privado del espacio público. He almorzado en un restaurante en donde se come bien, aunque con las mesas un poco juntas. A mi derecha una pareja de mediana edad. Yo notaba algo raro en el aire, pero no sabía qué era.

Cuando iban a salir, separo un poco mi mesa para facilitarle la salida al señor. Sin embargo, el caballero tarda un poco en salir porque está haciendo algo raro por debajo de la mesa. Miro a ver qué pasa y descubro que en plena ola de calor se había quitado los zapatos para comer y ahora, como estaba un poco gordo, le era difícil ponérselos. Un respiro fue que se fueran a la calle.

Claro que, dos mesas más a la izquierda un joven alegre y sonriente está intentando conquistar a su acompañante cantándole una jota que oímos todos.

A mí, en realidad, lo que me pide el cuerpo es desnudarme para estar fresquito y desahogarme cantando una bulerías de La Paquera, pero algo me dice que no debo hacerlo. Debo de ser algo raro, quizás.

Te sugiero que tú no cantes en la cama cuando vayas a dormir, que los vecinos te van a poner mal, pero unos buenos recuerdos cariñosos no hacen ruido y hacen mucho bien. Buenas noches.

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