martes, 30 de abril de 2013

No generalicemos tan a la ligera




Ya me tenía cansado, pero ahora me está empezando a preocupar esa simpleza tan en uso que consiste en generalizar para describir lo que pasa.

Ya está bien de aguantar esa cantinela de que todos los políticos son iguales y que la crispación que se palpa en el ambiente es fruto de todos ellos.

He visto a muy pocos -la verdad es que no recuerdo a ninguno- políticos de izquierdas generar crispación. Si defender políticas en favor de la colectividad, que buscan el bien de todos y que permiten que todos puedan vivir con dignidad y ejercer sus libertades irrita a la derecha, eso no es crispación. Eso es que la derecha no quiere perder sus privilegios y reacciona a través del odio contra todo lo que huela a socialismo.

En cambio, veo a la mayoría de políticos de la derecha defender posturas de intransigencia, de fanatismo, de incultura, de individualismo feroz, de pisotear los derechos de los demás, de mentir sin disimulo, de tratar como tontos a los ciudadanos, de no ceder en nada en sus privilegios, de atacar constantemente, con razón o sin ella, a los adversarios políticos, a los que trata de enemigos, de querer tratar a los trabajadores como si fueran esclavos, de tratar a las mujeres como si fueran paridoras a su servicio, de negarse a ceder ante cualquier posible acuerdo, etc. etc. Y eso sí genera crispación. Eso es poner en práctica tratos inhumanos sin más excusa que la de favorecer sus negocios y sus intereses materiales.

Ya está bien de aguantar la cantinela estúpida de que todos son iguales. Lo que se va a lograr así es que se desestructure la sociedad, que se desmovilice y que venga un espabilado de derechas e imponga una dictadura económica aún peor que la que estamos sufriendo. ¿Hacia dónde queréis que vayamos? ¿A quien queréis apoyar?




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