domingo, 24 de febrero de 2013

Buenas noches. Ojos




Posiblemente en donde más se concentre la personalidad de un ser humano sea en sus ojos. Si se da el caso, en ellos se pueden encontrar unidas la belleza y la elegancia. Los ojos son, además, una fuente de información privilegiada.

Los ojos sirven para ver y para mirar. Son dos funciones muy distintas. Cuando los ojos ven, lo que hacen es recibir sensaciones del exterior, que el cerebro se encarga de descifrar y con las que podemos identificar lo que encontramos en el mundo exterior. Se ve siempre de fuera a dentro. En cambio, cuando los ojos miran, lo que hacen es mostrar a través de ellos la mente de la persona, su forma de entender el mundo. Es una especie de desvelamiento, casi siempre espontáneo, con el que mostramos nuestra alma desnuda. La mirada, que transcurre siempre de dentro a fuera, es el resultado del juego armónico de los ojos, las cejas, los párpados y los pómulos, que, en estrecha colaboración con nuestra mente, dan lugar a una experiencia expresiva como pocas tienen lugar en el cuerpo humano.

Cuando la belleza formal de unos ojos se une a la elegancia expresiva de una mirada, la vida se te presenta ante ti con una intensidad tal que difícilmente podrás hacer otra cosa que reconocer el carácter sublime de ese momento.

Hay miradas -despreciables- que te juzgan, que intentan humillarte, que te discriminan, que te evitan o que te anulan. Sin embargo, hay otras que te abren las puertas del sosiego y que te invitan a penetrar con un gusto casi sobrenatural en el jardín de la existencia. Hace algún tiempo, la vida me dio la oportunidad de contemplar con veneración una mirada llena de fuerza vital, de ganas de vivir, de generosidad, de cariño, de comprensión, de sabiduría, de solidaridad y de cercanía. De vez en cuando tengo la fortuna de encontrar miradas en las que las formas y el contenido se unen para desnudar con naturalidad el alma de la persona mirante y descubrir sobrecogido en ellas al ser humano.

Te invito a que mires con nobleza, con buena voluntad, con limpieza. Que seas tú quien mire. Vivir no es más que ir modelando y construyendo poco a poco tu mirada, pero eso es un ejercicio que hay que practicar cada día. Mira bien esta noche a las personas que quieres, diles con los ojos lo mejor que desees para ellas y seguro que la paz se apoderará de ti. Llena bien de cariño la nube y repártela con dulzura. Buenas noches.

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