domingo, 15 de julio de 2012

En la Venta Melchor, de Conil



He vuelto a ir a la Venta Melchor, en El Colorado, cerca de Conil (Cádiz), a comer. Una gozada. A la cocinera, Petri Benítez, depositaria de sabidurías de muchos años atrás y ganadora de bastantes premios ya, aún le queda atún. Del atún se lo sabe todo, desde los cortes (parpatana, tarantelo, morrillo, mormo, ventresca, solomillo, huevas de leche -que son las bolsas de semen-, y todo lo demás) hasta las recetas de toda la vida y las que ella va incorporando a su repertorio. Dejarse informar y aconsejar por ella es parte del gozo que se puede encontrar en este lugar sagrado de la gastronomía seria de la provincia de Cádiz.

Hoy tomamos una sensacional ventresca de atún, simplemente hecha a la plancha, en su punto, un atún encebollado con la receta de toda la vida y una facera (una parte gelatinosa del atún situada alrededor de los ojos) de atún que estaba sublime, muy recomendable para cualquier paladar. De entrada compartimos unos chocos con habas tiernas y guisantes, según una receta de la abuela de Petri, que invitaba a mojar en su adorable salsa un par o más de trozos de pan para quedarse con las esencias del choco y del guiso. La suerte hizo que hoy hubiera conejo con arroz. Se le puede encargar, si se quiere, pero hoy no hizo falta porque la ocurrencia de la cocinera fue esta mañana por ahí. Todo lo que se diga es poco de este plato. Todo el arte culinario de la zona, en la que este guiso era muy común, estaba condensado en él. Con sabor, nada pesado, invitando a comerlo despacio, con un conejo de calidad y un guiso memorable. Una pena que se acabara el plato.

Acompañamos la gozada esta vez con un vino fino de Chiclana, el fino Granero, de la Bodega El sanatorio. Era normal en la zona comer con fino. Es verdad que la presencia de tintos en estos lugares es relativamente reciente, pero merece la pena comprobar lo bien que le van a los platos que se hacen por aquí, incluso al jamón y al queso, unos vinos finos, de no muy alta graduación, pero de un sabor inigualable si se toman cerca de donde están hechos y a la temperatura adecuada.

Para tomar postres es mejor que se pregunte a la cocinera o a las camareras. Tienen un postre de chocolate y una tarta de queso primorosos, pero las existencias del momento pueden hacer inclinar la elección hacia otras posibilidades.

La otra mitad de la Venta Melchor es Juan Carlos Almazo. Si usted quiere estar al tanto de lo que se cuece en la zona y de lo que se ha cocido en el pasado, pregúntele y le contará con pelos y señales todo lo que ha ocurrido por aquí. Tirándole de la lengua, nos enteramos de que el último fin de semana de julio van a hacer unas jornadas del tomate, con un buen número de platos en los que aparece el producto de la huerta de Conil. Espléndida ocasión para degustar la creatividad de Petri Benítez.

O sea, que si está usted por la provincia de Cádiz, no deje de pasar por la Venta Melchor. No se arrepentirá de ninguna de las maneras. Y la factura le sorprenderá. Seguro.



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