lunes, 24 de octubre de 2011

Un político no puede decir eso.




Tú y yo, ciudadanos de a pie, podemos pensar y decir en nuestro pequeño mundo lo que nos dé la gana. Pero un político profesional, un personaje público al que oyen millones de personas, debe tener cuidado con lo que dice porque puede arrastrar, detrás de una estupidez pronunciada en público, a muchas personas que puede que (se) hagan daño con eso. Por ejemplo, un personaje supuestamente responsable en su partido, como el señor González Pons, no puede decir que cualquier votante del PSOE es un idiota. Pone con ello el nivel de los políticos en un grado tan bajo que produce rubor y vergüenza. Convierte a sus votantes en unos ordinarios, porque ya hay que serlo para votar a un personaje tan soez y desvergonzado como este. Y se autocalifica como no demócrata y cercano al totalitarismo y al fascismo. Personajes como este González Pons no deberían existir en el ámbito político. Debería, también, pedir perdón a todos los españoles por sus bajezas públicas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes expresar aquí tu opinión.