lunes, 31 de octubre de 2011

El PPrograma: un sandwich de oscuridades



Hay un nivel en el que parece que el PP lo tiene todo claro: el de su gran objetivo. Este consiste en que los poderosos ganen dinero a costa de los demás. Es la razón de ser de su existencia, aunque la lógica más pragmática convierta este objetivo en inconfesable.

Sobre esta base integral, poco apetitosa para la mayoría, el PP vierte un relleno de banalidades, de grandes palabras con mucha salsa harinosa, pero de poca enjundia, de imprecisiones, salpicado todo ello con unas angulitas, muy del gusto de su fiel clientela, y con muchas albondiguillas hechas con ingredientes cuya baja calidad sólo la notan los demás, al parecer, cuando les obligan a comerlas y a digerirlas. Y puede que ni aún así, porque hoy hay quien come sin saber lo que está comiendo y traga estos mejunjes porque está de moda hacerlo.

Para tapar estas inmundicias, el PP las cubre con otra capa también, como la primera, dotada de un halo de claridad expresa. Se difunde por todos los lugares que todo está claro, tanto la maldad de los adversarios, transformados en enemigos de todos, como la idoneidad del contenido propio, aunque sepan (o no) que es de una calidad ínfima y que conseguirá empeorar la situación. Está claro para ellos que el relleno de su sandwich es el único posible y que el de los demás no vale.

Todo está claro hasta que llegue un día que de nuevo se despierte la gente y se dé cuenta de su anemia y de la obesidad de los otros. Pero ¿qué habrá que hacer para que ese día llegue?

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