lunes, 11 de abril de 2011

El globo






Vivía colgado de un globo que me mantenía en contacto allá arriba con los ideales. Tenía mucho interés y hasta la necesidad de estar unido al globo, porque eso era lo que me permitía conectar la realidad con un futuro mejor. Ni por un momento pensé en una vida en la que no estuviera presente el globo, mi globo, ni los ideales a los que me transportaba.


Un día el globo se pinchó. Un punto insignificante, mínimo, entró a formar parte de su débil contorno y la dura realidad de que el globo, como todo en la vida, era efímero y caduco se me presentó inexorablemente en las puertas del futuro. Poco a poco el globo se fue desinflando y entonces fue cuando me fui dando cuenta con horror, con desazón, con una dolorosa mezcla de impresiones y sentimientos encontrados, de que esa realidad de la que yo quería tirar hasta acercarla a los ideales, en realidad, era un inmenso mar de mierda en el que chapoteaban casi todos, unos, hacia arriba, para salvarse, y otros, hacia abajo, para evitar que la visión de lo limpio les creara molestos problemas existenciales.

Por fortuna en aquel mar asqueroso y repulsivo brillaban, como faros que guiaban a quienes los querían ver, unos cuantos seres humanos con sus correspondientes globos, vistosos y brillantes, y con la inmensa luz cercana de su sonrisa vital en el rostro. He de decir que fueron ellos los que me ayudaron a construirme otro globo con el que poder seguir sobreviviendo.

A Alipio, Ángel, Charo, Cristina, Emma, Lucía, Mencía, Olvido, Paloma, Patricia, Raquel y Yolanda.

2 comentarios:

  1. Esto del globo es como el amor. Que es como estar supercolado por alguien, que empieza a hacerte “faenas” de obra, omisión o indiferencias. Y que de repente llegas a la conclusión de que es mejor dejarlo y que además, te da lo mismo, que no era para tanto.
    A mí me ha pasado igual; he deshinchado el globo a fuerza de tanta mediocridad y tanto egoísmo. ¡qué pena, pues yo quería seguir!
    Pero he tenido la suerte de contar con suficiente gas reservado para hinchar un nuevo globo. Y que soy una privilegiada.
    Un abrazo, Manuel.

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  2. Otro para ti, Charo. Y buen nuevo globo, con una buena sonrisa en el frente.

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