viernes, 18 de junio de 2010

Saramago ha muerto



La noticia es de esas que se esperan en cualquier momento, aunque yo creía que tenía más que los 87 años que ahora han salido a la luz. Pero, como todas esas noticias lamentables, absurdas y no queridas, la de la muerte de Saramago me ha sorprendido y me ha dejado un poco (más) huérfano. Me gustaba la lucidez que tenía para ser un pesimista y el coraje del que hacía gala para pensar, escribir y actuar como si no lo fuera. Era uno de esos casos inhabituales de personas con la suficiente calidad en la mirada como para escribir con sentido advirtiéndonos del peligro de la ceguera colectiva. No me extrañó nunca que cierta gobernanta inculta, condesa y ordinaria, que llegó a ser Ministra de Cultura, lo confundiera con Sara Mago. Su punto de vista era siempre atinado, sensato, directo, arraigado en un pensamiento social, nada egoísta e independiente. Para mí, en realidad, era uno de los referentes en la vida, no tanto por sus novelas, sino por sus artículos y por sus entrevistas, porque era un modelo, y un modelo es siempre algo más que las copias o las reproducciones que de él se hacen. Por decirlo de la manera más sintética posible, era un verdadero ser humano. Gracias, Saramago, por haber existido.


3 comentarios:

  1. Hola Manuel. Efectivamente no habrá otra referencia como la de él, y sobre todo un ejemplo, que a nadie le gusta serlo.

    Por cierto: ¡enhorabuena por el cambio de formato de tu blog, ha quedado muy bien.!

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  2. Corremos el riesgo de ser mitómanos. Sé que lo corremos y a mí nunca me han gustado las mitomanías. Pero cuando muere una persona tan excepcional como fue Saramago, creo que es un deber que saquemos de dentro de nosotros la pena y le homenajeemos. No es que él se lo merezca. Es que los que quedamos nos merecemos mantener su recuerdo y su obra intactos y servirnos de él como una referencia para nuestras vidas.
    Un abrazo, Manuel.

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  3. Un día discutía yo con un compañero de facultad sobre el valor de la obra literaria de un escritor, al margen del valor como persona.
    Hoy ya no estoy tan segura de todo lo que dije en su momento...

    Me gustan tus palabras, Manuel, son un bonito y justo homenaje.

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