martes, 26 de mayo de 2009

¿A quién acudir?


Aunque no suelo hacerlo, déjame que hoy te haga alguna recomendación. Como siempre, te toca a ti decidir, pero seguro que con esto te facilito la vida.

Por ejemplo, si quieres hacer obras en tu casa y cambiar la cocina, los baños, el color de las paredes y el sofá, vete a un buen diseñador para que te haga un proyecto que merezca la pena. No hay nada más rentable que acudir a un especialista para no equivocarse.

Si necesitas un buen traje, acude a un sastre de garantía, no a un cualquiera, porque corres el riesgo de que, a la hora de lucirlo, te haga arrugas, te quede corto el pantalón o la sisa esté mal cosida y no te deje mover bien los brazos. Lo bueno sale siempre barato.

Si tienes alguna enfermedad o te duele algo, procura ir a un buen médico, con sabiduría y con experiencia, que te haga un buen diagnóstico y que te permita vivir bien y sin problemas.

Pero si quieres tener sexo y no sabes qué medidas debes tomar para no contraer enfermedades o que no surjan embarazos no deseados, ni se te ocurra ir a un sexólogo, ni a un científico ni a nadie que tenga sabiduría y experiencia en la cuestión. Te recomiendo que te busques un buen obispo, que hable claro y que diga lo que piensa. Yo no tengo ninguna comisión en esto, pero déjame que te diga que el de Granada parece que está enterado. Mira lo que dice:

El dato -perfectamente constado- demuestra que el uso masivo de los
preservativos no ha retenido el sida en África, sino que lo ha propagado. (…) Y
se silencia el número de suicidios que se producen entre las mujeres que han
abortado. (…) Y se silencia que en Andalucía la primera causa de muertes entre
los adolescentes y jóvenes no son los accidentes de tráfico, sino el suicidio.

Ahora bien, no intentes comprender lo que dice, porque no te da ninguna explicación racional ni te cita las fuentes en las que se basa, sino que, como buen obispo, apela a tu fe. O sea, que te tienes que creer lo que dice, lo cual, por otra parte, es bastante fácil dado el lenguaje que usa: “perfectamente constatado”, “demuestra”.

No olvides que los obispos y todos los que les rodean tienen una amplia y ancestral experiencia en la promoción y venta de los métodos y productos más eficaces. Así, con la misma convicción con la que prohíben y denuestan hoy los preservativos, defienden y emiten indulgencias, bulas, misas de difuntos, velas a los santos y plegarias, asuntos todos ellos que garantizan todo lo que prometen.

¡Qué útil es saber en cada momento a quién hay que acudir y lo que hay que hacer!
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3 comentarios:

  1. Madre mía, lo que hay que aguantar... Es que esto no tiene nonbre, de verdad... Vaya gente... Se parecen a nuestra amiga Aguirre.

    Un beso

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  2. Yo en estos casos solo deseo pedir socorro..... porque no hay otras alternativas.
    Siempre he dicho que ser mujer, hace cuarenta años, era todo un problema, un montón de inconvenientes.
    Y estas cosas me lo recuerdan.
    Durante mucho, mucho tiempo, nunca supe a quien acudir, es más no tuve a quien acudir.
    Es muy oportuno este titular en la vida.

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  3. Estas posturas tan incomprensibles de la iglesia hacen que incluso los católicos consideren la religión con una doble visión: una para la iglesia del día a día, de barrio, y otra para la iglesia de los obispos. De los católicos que tengo alrededor, ninguno duda de la gran utilidad y conveniencia de los preservativos, y no tienen el más mínimo cargo de conciencia por ello, ni creen ser menos católicos por usar preservativos, ni se sienten amenazados con ir al infierno. En absoluto.

    Si ser católico significa aceptar las posturas de estos obispos, creo que una opción muy digna es apostatar (explican muy bien en qué consiste y cómo hacerlo en la Wikipedia, o en http://www.apostasia.es/)

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