miércoles, 24 de diciembre de 2008

Por un momento me olvidé de ti

Perdóname, me olvidé de ti. Pensé por un momento que podía tomarme vacaciones y dejar por unos días de poner algo aquí. Creía erróneamente que mi blog era mi blog, sólo mío. Me olvidé de que un blog es una casa en la que entra gente, seguramente poca, pero que cuando viene es porque espera encontrar algo aquí. Me olvidé de esa inmensa minoría que eres tú, que entras y que lees, con quien me he comprometido a decirte algo y que te mereces que te diga hasta lo último que te podría decir: que no tengo nada que decirte. Me olvidé, pero ya me he olvidado de que me olvidé.

3 comentarios:

  1. Hola Manuel : solo esperar que en el próximo año se dén muchos más "zapatazos" merecidos, a ver si así algunos se enteran...eso es lo que nos enseña la Navidad.
    Un beso para tí y los tuyos.

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  2. Manuel, me ha costado un día entero y unas horas de otro decidirme a escribir aquí.
    Esta reflexión que haces sobre el abandono del blog ya te la había oído/leído antes y me parece muy interesante. Escribir un blog es crear una relación y un compromiso de lectura con otras personas. Es como leer una novela, el texto y el lector "firman" un pacto de fidelidad, y eso hacemos tú con mi blog, y yo con el tuyo.
    Pero es cierto que igual que el pacto de lectura de una novela se puede romper por varias circunstancias, el pacto de fidelidad con el blog también se resquebraja a veces. Lo primero, porque no somos infalibles; lo segundo, porque no todos los días queremos desnudarnos, y menos en estas fechas en las que hace tanto frío. Tu blog es también mío, porque es una casa donde encontrarte, pero los cimientos los pusiste tú, y tú eres quien lo vas construyendo, a tu ritmo, manteniendo el contacto con tus lectores de la forma en que tú lo sabes hacer. Por eso, no es que nos olvidemos de que nuestro blog sea un sitio de todos, es que a veces, igual que las personas, los blogs crecen desde dentro, aunque la apariencia sea la de siempre. Son los cimientos los que se refuerzan, y eso a veces sólo puede hacerse desde el silencio.
    Cuando por fin el blog vuelve a andar su camino, ya limpio, ya con una apariencia saludable, tú y yo nos alegramos porque nos damos cuenta de que el pacto se renueva y entonces es cuando nos olvidamos de aquel silencio que nos mantuvo un tiempo alejados.
    Muchas gracias por mantenerte cerca.

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  3. Me encanta esta reflexión sobre la esencia de un blog, creo que lo expresa todo.
    y espero que lo de los "zapatazos" (aunque el autor esté entre rejas, pero es un héroe), siga siendo tu norma.

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