miércoles, 22 de octubre de 2008

Paseando por la vida / 10






En la Gran Vía de Madrid suele haber unos cuantos betuneros o limpiabotas, que deben ser de los pocos que queden ya. Algunos ven éste como un oficio extraño, difícil de encajar, porque la postura en la que el trabajador desarrolla su actividad parece que le da un cierto aire como de humillación o de inferioridad. Yo nunca lo consideré así. Me parece un oficio tan digno como el de un tintorero o el de un abogado. Quizás lo que ocurra es que el que llevaba los zapatos limpios solía ser el señorito y los demás los llevaban sucios y veían en el limpiabotas una especie de colaboracionista. El caso es que quedan pocos. Y lo que no sabía era el origen mexicano de estos. Me imagino que lo de la boleada será la maniobra de limpiar los zapatos.
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3 comentarios:

  1. Aquí en Sevilla todavía quedan algunos recorriendo el Barrio de Santa Cruz. La verdad es que no me gusta que me limpien los zapatos enmedio de una cafetería o bar; sin embargo, lo veo mejor cuando el limpiabotas está dentro de un local, en el que además te arreglan los zapatos.
    A uno de esos locales suelo llevar los zapatos difíciles de limpiar y la verdad es que merece la pena.
    Ellos tienen mucha más fuerza que yo. (Pamplinas mías).

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  2. Lo cierto es que de los señores que trabajan en las aceras de Gran Vía yo siempre me quedaré con el que regala poesías...además me trae muy bonitos recuerdos...
    Un beso Manuel, llevo un tiempo desaparecida, estoy un poco líada...

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  3. Se te echa de menos, Almu, pero ya volverás. Disfruta de la vida, aunque estés liada. Un beso.

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