sábado, 18 de octubre de 2008

Cádiz. 1908

El Diario de Cádiz se fundó en 1867. Es, pues, muy antiguo, como muchas otras cosas en esta ciudad. El Diario tiene una sección muy entretenida en la que recuerda noticias publicadas en él desde hace 125 años. Hoy trae una, que publicaron en 1908, que la pongo aquí porque da una pincelada de cómo debía de ser la vida en la ciudad por aquél entonces y, también, porque da una muestra de lo que se entendía por noticia. Dice así:

1908. Una hermosa napolitana, de armas tomar, abofetea a su marido

Gran revuelo se originó ayer en la plaza de San Juan de Dios. Una familia italiana, que iba a embarcar hacia Buenos Aires, decidió almorzar en los alrededores del muelle. No había vino italiano y se decantaron por el de Chiclana, del que abusaron largamente. Comenzaron a reñir y la hermosa napolitana, de gran envergadura, propinó tal bofetada a su marido que lo hizo rodar por el suelo del establecimiento. El hombre tuvo que ser asistido en la Casa de Socorro, pues no dejaba de quejarse y no le faltaban motivos para ello. Fue avisado el cónsul de Italia.

2 comentarios:

  1. Esta mañana yo también he leido la noticia y la verdad es que me ha hecho sonreir. (no sé si eso es políticamente correcto, después de hablar tanto de igualdad).
    Pero bueno, ésa era la noticia, no hay quien pueda con la italiana....

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  2. Charo. Hoy la Casa L está de lujo. Has venido, has visitado varias habitaciones, has desparramado pétalos de flores y perfume del bueno y la has dejado hecha un palacio. Gracias.

    Yo también he sonreído con la noticia, pero creo que no se la puede juzgar con criterios de igualdad como los que ahora tenemos los que poseemos un cierto grado de sensibilidad humana. A mí la noticia me sosprendió y en seguida se me disparó la imaginación hacia las películas del neorrealismo italiano. "Vi" la noticia en blanco y negro, con una bofetada descomunal sobre un pobre hombre pequeño, con un roción de palabras dichas como sólo una italiana con mucho carácter lo puede decir... y en Cádiz. ¿Te imaginas las ocurrencias que generaría el suceso entre los presentes y entre los que luego conociesen la noticia?
    Y lo de llamar al cónsul invita también a imaginar cómo sería aquéllo...

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