lunes, 1 de septiembre de 2008

El Guerra / 7

Cuando volví a la barra del bar, los cuatro o cinco señores que estaban allí me recibieron sonrientes y me preguntaron si había sido interesante la visión de los servicios. Les dije que sí, claro está, y procedieron a enseñarme algunas otras peculiaridades del lugar. Por ejemplo, esta carta de presentación del dueño del lugar, dentro del más puro estilo carnavalero


.


.

O esta otra, que invitaba a consumir lo más recomendable del lugar.

.

.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes expresar aquí tu opinión.