jueves, 28 de agosto de 2008

El Guerra / 3

Una vez dentro, encendí la luz y me encontré con un espejo en el que había pegados una retahíla de mensajes y de advertencias relativos a lo que se venía a hacer allí.

Hay que tener en cuenta, para comprender lo que se ve en este Bar de El Guerra, que todo en él está empapado de Carnaval y del espíritu de las chirigotas de Cádiz. Por tanto, nada de lo que se ve aquí va en serio, sino que está pasado por el tamiz, más grueso o más fino, de la guasa.

Por ejemplo, allí rezaba lo siguiente:

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